No era un choque ¡era un puente!

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La tortura de tener que usar los puentes del río Medellín va más allá de la pérdida de tiempo en cada jornada. Un intercambio vial en La Ayurá plantea una solución con efectos en todo el sur.

La Aguacatala, el Simón Bolívar, denominado “pandequeso”, la 4 sur, la 10, la 30… elijan el puente que quieran, no hay día sin taco sobre el río y efectos hasta en la Autopista y la Regional. Tacos de tal extensión que quien va en la fila cree que presenciará el desenlace de un accidente de tránsito de grandes proporciones, pero unos buenos minutos después comprobará que no ocurrió tal choque: solo se trata de un puente que funciona mal.

Ocurre día por día y que no se mire como un asunto de confort. De acuerdo con la Cepal -Comisión Económica para América Latina y el Caribe– y su investigación Congestión de tránsito: el problema y cómo enfrentarlo, estos nudos de vehículos deterioran la calidad de vida por “mayor contaminación acústica y atmosférica e impacto negativo sobre la salud mental”. Ese círculo vicioso, primera, neutra, primera, si acaso segunda…, añade la Cepal, constituye “un peligro que se cierne sobre la calidad de vida urbana”.

El megaproyecto de La Ayurá, por valor de $105.418 millones, conectará Villagrande, las avenidas Las Vegas, El Poblado y la carrera 85 en Itagüí y aliviará el tráfico de los puentes Simón Bolívar y La Aguacatala.

Por eso cae como la mejor noticia el inicio, en asunto de días, de la construcción del intercambio vial de La Ayurá: $105.418 millones de presupuesto para el desarrollo de cinco puentes vehiculares. Serán 6,2 kilómetros de vía más 3 kilómetros de ciclorruta, todo para instalar en el área de la Central Mayorista, la estación Ayurá, Autolarte y Villagrande, entre Envigado e Itagüí, con efectos esperados en todo el sur del Aburrá, incluyendo la descongestión del intercambio de La Aguacatala.

La construcción de más puentes vehiculares, en opinión de Iván Sarmiento, experto en movilidad de la Universidad Nacional de Colombia, es una medida adecuada para enfrentar un problema de “saturación elevada” que presenta el corredor del río. En el área de influencia de las obras ruedan, o tratan de hacerlo, 112.000 vehículos por día.

La obra debe estar en funcionamiento en diciembre del año entrante y desde ya se constituye como reto metropolitano el cumplimiento del plazo. El proyecto de Valorización de El Poblado, el metroplús o la ampliación de la estación Poblado, retrasados y encarecidos, no pueden ser modelos de gestión que se repliquen en La Ayurá. En ninguna obra.

Que este nuevo paso sobre el río, que había sido anunciado para comenzar obras el año pasado, no solo sea parte de solución de movilidad sino modelo en eficiencia, oportunidad y calidad. Por salud financiera, de productividad y mental.