“Vivimos abunkerados”

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Testimonio de los habitantes de las unidades residenciales vecinas al proyecto Soler Gardens, abandonado hace más de cinco años

Donde años atrás quedaba el restaurante Salvatierra, luego empezó a construirse Soler Gardens, un ambicioso proyecto de la constructora Fajardo Williamson, que incluiría oficinas, consultorios, comercio, hotel y una gran zona de restaurantes, del que hoy no existe el nombre ni nada a lo que aludía. En contraposición a la palabra Gardens, hay allí un inmenso solar o lote baldío, en el que pululan roedores y en donde, como mosco en leche o puerta en media manga, hay una edificación abandonada al “cuidado” de un viviente.

Un mal vecino
Los habitantes de las urbanizaciones Condominio Siena, Aldea del Palmar y Plaza San Marcos ya no aguantan más. Han enviado una y otra vez derechos de petición a la Inspección 9 B de Policía Urbana, al Dagrd y a varias secretarías de la Alcaldía pero no han podido hallar quien le meta la mano al lote, al menos para que lo mantenga limpio de basura y de las matas y hierbas inútiles. Dicen que ese viviente, vigilante del predio, y quien figura en varios documentos como Luis Antonio Alvarado Álvarez, es quien de vez en cuando roza por partes la maleza que crece en este sitio de más de seis mil metros cuadrados. Este matorral es un paraíso para reptiles y toda clase de roedores que se comen las frutas de los árboles de las unidades vecinas, y también para los amigos de lo ajeno. Jenny Acero, administradora de Plaza San Marcos, cuenta que la copropiedad tuvo que invertir treinta millones de pesos en mejorar las condiciones de seguridad del conjunto, además del gasto que tuvo que hacer cada una de los propietarios en sistemas de seguridad particulares. “Vivimos abunkerados”, sintetiza una vecina.

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Otro habitante del sector, que pidió no ser identificado, también asegura que fuera del viviente, últimamente, en las noches, ven a 10 o 15 jóvenes que se han ubicado en una de las losas de la edificación abandonada, montando una especie de carpa. “No hemos logrado saber qué es lo que hacen ahí –dice Jenny Acero– pero nos preocupa porque son personas que nos conocen, que tienen el registro de salida y de entrada de todos, identifican los carros, saben a qué horas se prende la luz en cada una de las casas”.

El lote se ha convertido en un botadero de materiales; los vecinos ven llegar camiones a descargar escombros. Precisamente en un comunicado enviado por las unidades residenciales el 21 de febrero a Marta Lía Agudelo, Inspectora 9 B de Policía Urbana, y cuyo asunto es “Revisar estado de lote”, consta: “Se puede observar que en el predio hay un edificio que se empezó a construir y fue suspendido… y un terreno bastante extenso que en algunos sectores está muy enmalezado y está siendo utilizado para guardar materiales de construcción y arrojar tierra de una excavación de un predio de los mismos dueños, información suministrada por el vigilante… “. Una carta sin resultados.

¿Quién responde? Nadie
“Que aparezca el responsable y que nos diga cómo están las cosas, y si hay un proceso, que nos diga cómo va, porque no sabemos nada. Tiene que haber un ente de control responsable, tiene que haber un doliente, alguien… necesitamos saber quién es”, dice otro de los vecinos con comprensible desespero, pues aparte del animalero y la inseguridad producidos por el terreno en abandono, se generó hace poco un incendio considerable, que por fortuna fue controlado a tiempo. Aunque el proyecto Soler Gardens figura a nombre del Fideicomiso Soler Gardens, administrado por la Fiduciaria Corficolombiana, esta argumentó a los vecinos quejosos que como entidad financiera, únicamente administran el fideicomiso y sus recursos, más no el lote; por su parte. La constructora del proyecto, Fajardo Williamsom, en cabeza de uno de sus socios, Raúl Alberto Fajardo Williamson, arguyó en una diligencia de descargos en la Inspección 9 B: “Nosotros éramos los constructores, la obra se paró y el teléfono de los responsables es … Jaime Andrés Toro – Representante de la Fuduciaria Corficolombiana”.

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¿Quién entonces es el responsable del lote?
A juicio de Mario Alberto Marín, administrador del Condominio Siena, debería ser la administración municipal. “Ellos son la autoridad urbanística y aquí hay incumplimientos urbanísticos, hay una obra que se comenzó, se paró y no sabemos en este momento cómo esté su estructura, cómo esté el suelo; los andenes se están hundiendo, es foco de contaminación, entonces ¿quién es la autoridad competente? Pues el Municipio a través del Área Metropolitana; ¿la seguridad, de quién es responsabilidad? Del Municipio. Esto es un caso muy grave, ese lote abandonado y como escondido… Imagínese si todos los del Centro de la ciudad se enteran de que esa edificación existe, se llenaría de indigentes”.

Y finaliza otro afectado: “Eso sí, aquí sí llegan los impuestos puntualmente y se pagan puntualmente; pero en relación con el tema de seguridad, alumbrados públicos y recuperación del espacio público no hay presencia del Estado. A pesar de estar en un sitio tan privilegiado en accesos, campestre, silencioso y tranquilo tenemos ese problema de esa construcción abandonada. ¿Quién va a responder por la desvalorización de nuestras casas?”.

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