Un problema que no cede

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Una de las quejas más antiguas de comerciantes y habitantes de los alrededores del Parque de El Poblado es la presencia permanente de gamines e indigentes, “muchos de ellos agresivos y groseros”, quienes pernoctan en las aceras y entradas de locales. A ellos atribuyen la pérdida de clientela, las basuras en los accesos y garajes y el consumo frecuente de bazuko, sacol y marihuana. “Hasta tuvimos que quitar las materas porque las aprovechaban para enterrar el vicio”, dice el dueño de uno de los restaurantes del sector. El problema sigue latente, aunque en número menor que el año pasado cuando se contaban por decenas, disminución que se atribuye a una larga campaña de la policía y líderes zonales para que en algunos negocios suspendieran la práctica de dar las sobras de los almuerzos a los gamines.
Para comerciantes y habitantes de la carrera 43B entre las calles 8 y 9, la situación sigue insostenible, al punto de que el centro de belleza Imagen Total optó recientemente por cerrar su local y trasladarse a Patio Bonito. “En repetidas ocasiones llamamos al CAI del Parque de El Poblado para pedir protección ante las amenazas de atraco, nos sentíamos acorralados por la ausencia de autoridad y la presencia sin control de vagos y viciosos”, afirman en ese centro de belleza. Reuniones en el aire
Varios vecinos reconocen la buena voluntad y colaboración de la policía de El Poblado, pero son conscientes de que esta no puede hacer mayor cosa, pues a los habitantes de calle no se les puede obligar a abandonar la zona sino ofrecerles una opción más digna. “Llamamos a la Policía, esta viene, los gamines se esconden y apenas se va la Policía regresan; así se la pasan”. Otorgan gran parte de la responsabilidad a un vecino, a quien señalan de alentar la estadía de los gamines al dejarlos entrar a su casa a bañarse, comer y guardar su ropa, en una acción que no atribuyen propiamente a la caridad sino a otros intereses. Consultado por Vivir en El Poblado, el citado vecino aseguró que había suspendido sus acciones al ser requerido por la Policía.
Pero no solo los gamines causan preocupación: para los comerciantes de la carrera 43 B entre las calles 8 y 9 desde los miércoles empieza el otro calvario: el de los visitantes nocturnos que se sientan a tomar cerveza en el Parque, con un inconveniente esencial: no hay un solo baño público.
“Algunos se escudan en la oscuridad y soledad de esta cuadra para utilizarla como sanitario, vender o consumir sustancias ilícitas, oír música a toco taco dentro de los carros, rayar paredes, hacer grafitis y dañar las puertas de los negocios”, afirma la dueña de otro de los locales, quien agregó que, al igual que muchos, se cansó de ir a las reuniones en el Cerca, con la Junta Administradora Local y la Policía para resolver este tipo de asuntos pues “es una pérdida de tiempo porque todo se queda en el aire”.
Baños públicos:
una prioridad
Otra opinión tienen en el Comité de Comerciantes y Visitantes del Parque de El Poblado, donde aseguran que gracias al pacto de convivencia firmado con la Alcaldía en diciembre del año pasado se ha logrado poner más orden en el Parque, hacer campañas y organizar una buena programación cultural, pero insisten en que hacen falta baños públicos, sobre todo en la noche. “La Alcaldía dice que únicamente los podría instalar mediante presupuesto participativo, pero no hemos logrado que se incluya”. Por el momento, la solución sería que una empresa privada se encargara de la instalación y administración de servicios sanitarios, previa solicitud a la Subsecretaría de Espacio Público.
En cuanto a los gamines, el Comité de Comerciantes y Visitantes considera que el panorama ha mejorado gracias a las brigadas frecuentes de la Secretaría de Bienestar Social para trasladar a los menores de la calle a centros de atención del Municipio y darles recreación y apoyo, aunque muchos regresan poco después. Y es que hace rato que está claro que se requiere una política integral, oportunidades de fondo y lo suficientemente atractivas como para que los niños escojan un horizonte mejor que el de la calle.
Llamado a
la disciplina ciudadana
Lo que sí está en manos de comerciantes, habitantes e industriales del sector es la disciplina con las basuras, pues cuando no se sacan en los horarios indicados se promueven la indigencia y el desaseo.
Empresas Varias de Medellín recordó que el horario de recolección en las inmediaciones del Parque del Poblado es de lunes a sábado de 8:30 a 9:30 de la mañana; solicitó sacar las bolsas al paso del carro recolector (cuando suene la campanilla) y entregarlas directamente a los operarios para evitar que otras personas rieguen los desechos. Los domingos también tienen servicio a la misma hora pero únicamente para los locales que lo soliciten de manera expresa a Empresas Varias.
 
 
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