Un castillo revitalizado que no pierde su esencia

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Su majestuosidad e imponencia características por su arquitectura y diseño, han hecho del Museo El Castillo un lugar único para visitar y sentirse por un tiempo en un castillo francés, con clase y estética que es difícil de encontrar en estas tierras.
Durante la estadía de sus dueños, Diego Echavarría y su esposa Benedikta Zur, El Castillo fue reformado y ampliado en sus zonas sociales y terrazas entre otras intervenciones. Tras la muerte de don Diego, en 1971 El Castillo fue cedido como museo a la ciudad.
Marta Ligia Jaramillo, quien es la directora del Museo El Castillo desde hace 25 años, considera que la actual intervención es necesaria, sobre todo la construcción de la sala multifuncional, que evitará el deterioro del interior del museo porque ya las exposiciones podrán ser exhibidas en esta nueva sala.
“El museo se ha ido adecuando a las circunstancias, nunca ha perdido su vocación inspirada en el legado de la familia Echavarría. Somos un museo dedicado a las artes decorativas, a la plástica y a las demás artes escénicas”, dice la directora.
Las obras también comprenden rampas para minusválidos, y tienen el fin de conservar el estilo gótico medieval, y por eso en las nuevas salas han sido replicadas torres, molduras, almenaras y cornisas, para alcanzar un equilibrio y darle continuidad al patrimonio.

Primero de octubre, el gran día
Para ese día está prevista la inauguración de los nuevos espacios que el Museo el Castillo le brindará a su público. La sala multifuncional será el nuevo espacio para las exposiciones de arte; la sala de conciertos que inicialmente fue construida por Inés Echavarría en 1978, fue reformada y ahora contará con completa silletería, escenario, camerino para los artistas y será un lugar ideal para desarrollar conciertos, danza y funciones teatrales.
Afuera del museo, se realiza cuidadosamente la recuperación de jardines y árboles como cipreses y pinos, que adornarán el exterior de las salas, y que contará con bancas para que las personas se detengan a observar la magia que encierra al Museo El Castillo.
“Queremos recuperar los jardines que habían hecho célebres las casas de El Poblado, tener curazaos, lirios, azaleas, bifloras, pinos. También tendremos un jardín de hierbas medicinales y aromáticas. Lo que buscamos es que la gente cuando venga acá tenga un encuentro con lo que había sido ese pasado”, afirma Marta Ligia Jaramillo, directora del Museo El Castillo.
Otros sitios para disfrutar serán el almacén La Almenara, donde los visitantes podrán adquirir esculturas, arte decorativo como piezas de cristal, antigüedades, pinturas, objetos de decoración, postales y afiches entre otros. En las afueras del Castillo estará el Mirador de la Torre, una terraza que servirá para hacer conciertos u obras teatrales para niños, quienes estarían en una grama al frente del mirador.
Subiendo en un ascensor, el segundo piso se llenará de nostalgia con los recuerdos de la familia Echavarría, en especial, de don Diego. El cuarto de los recuerdos estará lleno de objetos personales pertenecientes a los miembros de esta familia, como el sombrero de terciopelo negro de don Diego, sus gafas, bolígrafos de plata y maletines de viaje. También serán exhibidas vajillas y elementos de cristalería, que muestran las tendencias de moda y arte de la época.
La directora del museo, dice que “las construcciones comenzaron en octubre de 2007 gracias a donaciones de empresas privadas, el 1 de octubre será el gran día que inauguremos estos nuevos espacios, y servirá como preámbulo de la Navidad”.

Parque Ecológico Ambiental
entro del Plan de Desarrollo para El Poblado, ya quedó lo que sería el Parque Ecológico Ambiental Museo El Castillo. Una inversión de la Alcaldía de Medellín de más de 3 mil millones de pesos, que recuperaría para la ciudad ocho cuadras de zonas verdes, intervenidas por el municipio y que estarían abiertas al público en general.
Entre las principales obras estará la instalación de dos aulas ecológicas al aire libre para el estudio de los niños, un puente colgante que uniría dos terrazas, senderos para caminar, jardines, recuperación de fuentes y la adecuación de un parqueadero para 300 carros en un lote exterior cercano a la Loma de Los Balsos, que hará que las personas ingresen al museo caminando por senderos rodeados de abundante flora.
“Vamos a recuperar las ocho cuadras que don Diego le donó a la ciudad, para convertirlas en un centro cultural piloto. Esto va a ser un parque, con un museo, con una escuela de artes, con muchas actividades en un mismo sitio. Esto será un oasis entre tanto edificio, es un regalo para El Poblado y para la ciudad”, afirma la directora del museo.

 
 
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