Gustavo Arango
El lado oculto de la luna
/ Gustavo Arango
Hace medio siglo los rusos intentaron fotografiarla, pero era más clara una polaroid mal sacudida
Hace medio siglo los rusos intentaron fotografiarla, pero era más clara una polaroid mal sacudida
Una joya bogotana
/ Gustavo Arango
Tenía que ser un exiliado mental el que escribiera de tal modo a Bogotá
Tenía que ser un exiliado mental el que escribiera de tal modo a Bogotá
Su iglesia está en llamas
/ Gustavo Arango
Calvary nos recuerda que si alguien de veras conoce la naturaleza humana, sus más pestilentes cloacas, es justamente un sacerdote
Calvary nos recuerda que si alguien de veras conoce la naturaleza humana, sus más pestilentes cloacas, es justamente un sacerdote
Santa María del Diablo
La delirante y triste historia de la primera ciudad española en el Nuevo Continente es el tema de la sexta novela del escritor
104 East, de la 26th Street
/ Gustavo Arango
El cinco de enero pasado, el seguro azar me condujo frente a la casa donde el aduanero oscuro pasó los últimos veintiocho años de su vida
El cinco de enero pasado, el seguro azar me condujo frente a la casa donde el aduanero oscuro pasó los últimos veintiocho años de su vida
Razones por las que releo
/ Gustavo Arango
Cada noche también leo un poema del mejor libro de Chesterton y bebo un poco de rabia de los hermanos Karamazov
Cada noche también leo un poema del mejor libro de Chesterton y bebo un poco de rabia de los hermanos Karamazov
De regreso en la granja
/ Gustavo Arango
Recientemente, con mi amiga Valen Chaucer, he descubierto el placer de leer en compañía, de compartir impresiones y entusiasmos con almas afines que además nos ayudan a ver lo que soslayamos y a apreciar mejor los libros que acabamos de leer
Las plagas de Santa María
/ Gustavo Arango
Como los sobrevivientes no daban abasto para cavar tanta sepultura, decidieron abrir una fosa común y la dejaron abierta para seguir arrojando cadáveres
Santa María del Diablo, una historia que estaba por escribirse
Gustavo Arango, columnista de Vivir en El Poblado, y su nueva novela
La maldición de Santa María
/ Gustavo Arango
Como he andado entre adelantados y rufianes, he aprendido algunas mañas
Lanza del Vasto
/ Gustavo Arango
“Hemos acumulado todos los medios necesarios para destruir lo que hemos hecho y a nosotros mismos”
La más perendeca
/ Gustavo Arango
Prostituto será también el ingeniero verraco que se le mida a hacerle el techo a Medellín
Recuerdos de lo no visto
/ Gustavo Arango
Una sabiduría que llegó por misteriosos caminos apareció disponible para ellos cuando la necesitaron
Los pasillos de la libertad
Los pasillos de la libertad
/ Gustavo Arango
Puedo escribir mi vida a partir de las bibliotecas en que “he vivido”
/ Gustavo Arango
Puedo escribir mi vida a partir de las bibliotecas en que “he vivido”
Pensándolo bien
Pensándolo bien
/ Gustavo Arango
La lista de nuestros errores de juicio parece interminable
/ Gustavo Arango
La lista de nuestros errores de juicio parece interminable
El feo durmiente
El feo durmiente
/ Gustavo Arango
Yo aún no salgo del asombro que me inspira pensar que ese sueño de Gabo durmiendo me anunciaba la llegada de Silvana de Faria
/ Gustavo Arango
Yo aún no salgo del asombro que me inspira pensar que ese sueño de Gabo durmiendo me anunciaba la llegada de Silvana de Faria
Celebración de un poema
Celebración de un poema
/ Gustavo Arango
Esta dicha incalculable ahora parece un premio justo y merecido, una compensación que nos debían por vivir en un país que ha estado en manos de crueles criminales
/ Gustavo Arango
Esta dicha incalculable ahora parece un premio justo y merecido, una compensación que nos debían por vivir en un país que ha estado en manos de crueles criminales
La rosa y sus espinas
La rosa y sus espinas
/ Gustavo Arango
La gente sigue hundiéndose en la dicha que produce la hermosura de la rosa
/ Gustavo Arango
La gente sigue hundiéndose en la dicha que produce la hermosura de la rosa
Los príncipes de Serendipo (2)
Los príncipes de Serendipo (2)
/ Gustavo Arango
Tanto admiraba su inteligencia que solía esconderse tras las cortinas para escuchar sus conversaciones
/ Gustavo Arango
Tanto admiraba su inteligencia que solía esconderse tras las cortinas para escuchar sus conversaciones
Los príncipes de Serendipo (1)
Los príncipes de Serendipo (1)
/ Gustavo Arango
El rey decidió invitarlos a quedarse cuanto tiempo desearan y se dedicó a agasajarlos
/ Gustavo Arango
El rey decidió invitarlos a quedarse cuanto tiempo desearan y se dedicó a agasajarlos
El último capítulo
El último capítulo
/ Gustavo Arango
Ahora que conozco pormenores de su vida he podido apreciar mucho mejor aquel encuentro
/ Gustavo Arango
Ahora que conozco pormenores de su vida he podido apreciar mucho mejor aquel encuentro
La prodigiosa vida de Gabriel José
La prodigiosa vida de Gabriel José
/ Gustavo Arango
Como el último Buendía, al descifrar los manuscritos de Melquiades, los que vienen verán revelados los secretos ocultos en su obra
/ Gustavo Arango
Como el último Buendía, al descifrar los manuscritos de Melquiades, los que vienen verán revelados los secretos ocultos en su obra
“Este hombre tiene una versión mejor que la mía”
Sobre “Un ramo de nomeolvides: García Márquez en El Universal”
Eso dijo García Márquez de Gustavo Arango luego de leer el libro que recoge sus inicios como reportero en el periódico cartagenero.
“Este hombre tiene una versión mejor que la mía”
Eso dijo García Márquez de Gustavo Arango luego de leer el libro que recoge sus inicios como reportero en el periódico cartagenero.
El escritor y la ciudad
El escritor y la ciudad
/ Gustavo Arango
Nuestro columnista y escritor Gustavo Arango, gran conocedor de la obra del nobel colombiano y autor del libro “Un ramo de nomeolvides: García Márquez en El Universal”, nos cedió esta columna escrita en el año 2007, muy pertinente hoy
/ Gustavo Arango
Nuestro columnista y escritor Gustavo Arango, gran conocedor de la obra del nobel colombiano y autor del libro “Un ramo de nomeolvides: García Márquez en El Universal”, nos cedió esta columna escrita en el año 2007, muy pertinente hoy
La brújula del deseo
La brújula del deseo
/ Gustavo Arango
Nada ocurre en las casi quinientas páginas de La brújula del deseo, salvo esperanzas frustradas, deseos insatisfechos, miserias y pesadillas
/ Gustavo Arango
Nada ocurre en las casi quinientas páginas de La brújula del deseo, salvo esperanzas frustradas, deseos insatisfechos, miserias y pesadillas
Nuestras vidas son los ríos
Nuestras vidas son los ríos
/ Gustavo Arango
Siempre que pienso en el silencio y el olvido que ahora envuelven su vida, recuerdo ese hermoso instante en Barranquilla
/ Gustavo Arango
Siempre que pienso en el silencio y el olvido que ahora envuelven su vida, recuerdo ese hermoso instante en Barranquilla
En el libro vivo
En el libro vivo
/ Gustavo Arango
Esa clase en la que no modulé palabra ha sido una de las más hermosas de mi vida
/ Gustavo Arango
Esa clase en la que no modulé palabra ha sido una de las más hermosas de mi vida
San Florencio de Banfield
San Florencio de Banfield
/ Gustavo Arango
Con Cortázar me ha pasado de todo
/ Gustavo Arango
Con Cortázar me ha pasado de todo
Jeremiah de Saint-Amour
Jeremiah de Saint-Amour
/ Gustavo Arango
La Rouchefoucauld decía que por difícil que sea encontrar el amor, es más difícil encontrar la amistad
/ Gustavo Arango
La Rouchefoucauld decía que por difícil que sea encontrar el amor, es más difícil encontrar la amistad
Sangre sabia
Sangre sabia
/ Gustavo Arango
Pocos libros han llegado a producirme el pavor que me produjo la lectura de Wise Blood
/ Gustavo Arango
Pocos libros han llegado a producirme el pavor que me produjo la lectura de Wise Blood
La invasión de los escribas
La invasión de los escribas
/ Gustavo Arango
Libros y más libros se publican y se olvidan sin haber sido leídos
/ Gustavo Arango
Libros y más libros se publican y se olvidan sin haber sido leídos
Erskine Caldwell
Erskine Caldwell
/ Gustavo Arango
Leer a Erskine Caldwell (1903-1987) deja huellas en el alma difíciles de borrar
/ Gustavo Arango
Leer a Erskine Caldwell (1903-1987) deja huellas en el alma difíciles de borrar
Los príncipes sometidos
Los príncipes sometidos
/ Gustavo ArangoVemos el mundo como debería ser, o como nos gustaría que fuera, y ahí es donde empezamos a equivocarnos
Estrella de la Feria del Libro Hispana de N.Y.
El columnista Gustavo Arango
Estrella de la Feria del Libro Hispana de N.Y.
La Feria estará dedicada a nuestro columnista por su trayectoria como escritor Dios ha nacido en el exilio
Dios ha nacido en el exilio
/ Gustavo ArangoEs un libro sutil, lleno de poesía, en el que no parece pasar nada y sin embargo pasa todo
El atardecer de los magos
El atardecer de los magos
/ Gustavo ArangoLos escritores sólo reconocen las influencias que los hacen ver inteligentes
Muere Márai
Muere Márai
/ Gustavo ArangoLo más aterrador que tiene el libro es que, con todo ese dolor que hay en sus páginas, la muerte de Márai es un alivio
Última pincelada
Última pincelada
/ Gustavo ArangoEn estas treinta y siete palabras se encuentra todo lo que la literatura ha querido expresar
Que me lo expliquen
Que me lo expliquen
/ Gustavo Arango
Si alguien pudiera explicarme el final de Pedro Páramo, se lo agradecería en el alma
/ Gustavo Arango
Si alguien pudiera explicarme el final de Pedro Páramo, se lo agradecería en el alma
El laberinto del mundo
El laberinto del mundo
/ Gustavo Arango
Ahí están las miserias de la vida conyugal, las desdichas y absurdas tareas que ocupan los días de todos los oficios
/ Gustavo Arango
Ahí están las miserias de la vida conyugal, las desdichas y absurdas tareas que ocupan los días de todos los oficios
Reflexiones de un autor póstumo
Reflexiones de un autor póstumo
/ Gustavo ArangoAhora mismo me dispongo a gastar mis ahorros comprando los ejemplares embodegados de una novela mía que no se vendió
Arturo, el misógino
Arturo, el misógino
/ Gustavo ArangoMe divierte pensar que hay damas que se ofenden con lo que dijo el filósofo alemán
De cara a la eternidad
De cara a la eternidad
/ Gustavo ArangoQueremos a medias o por motivos mezquinos: vanidad, miedo, búsqueda de aprobación
Juegos de alcoba
Juegos de alcoba
“De caoba, mi señora”. Había comprendido que debía hablarle a ella.La extraña fascinación que producen los títulos desmesuradamente largos
La extraña fascinación que producen los títulos desmesuradamente largos
/ Gustavo ArangoPensaba que Markson era lo máximo, pero pronto descubrí que ya había sido superado
La soledad como tragedia
La soledad como tragedia
/ Gustavo ArangoPor mucho que sea el ruido que busquemos, vivimos aislados