“Soy especialista de la generalidad”

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“Soy especialista de la generalidad”
A partir de hoy el destacado médico y educador Jorge Alberto Vega Bravo, con un amplísimo recorrido profesional, debuta como columnista en Vivir en El Poblado. Su interés es prolongar su labor educativa, poner al alcance de los lectores su conocimiento y experiencia en temas tan vitales como la manera de alimentarnos y relacionarnos

Hijo del muy sensible y reconocido librero Rafael Vega, Jorge Vega, hoy de 59 años y padre orgulloso de cinco hijos, creció en una atmósfera enriquecida por la música, los libros y, en general, el arte. No es, pues, fortuito, que además de la práctica médica, alimente su alma con el piano, la pintura y el canto, por solo citar algunas aficiones.
Su vocación humanista se incentivó desde niño al estudiar bachillerato en el Seminario Monticelo, en Medellín, y luego en el Seminario Mayor de los Carmelitas en Villa de Leiva y Bogotá. Adelantó estudios de filosofía y a los 20 años ingresó a estudiar medicina en la Universidad de Antioquia. No obstante, a mitad de la carrera entró en crisis: en la facultad les presentaban a un ser humano parcial y no completo o integral. Fue entonces cuando descubrió a Rudolf Steiner y la medicina antroposófica, ese camino del conocimiento que se convirtió en su pasión y que mira al ser humano como una totalidad: cuerpo, espíritu y alma.
“Cuando los pacientes me preguntan: ¿doctor, usted es especialista de qué?, un poco jocosamente pero también con mucha seriedad digo que soy especialista de la generalidad porque a mi me interesa el ser humano completo, no el trocito, lo que no quiere decir que yo niegue las especialidades médicas, que me parecen importantísimas para profundizar en ciertos aspectos”.
Estudioso e investigador permanente, Jorge Alberto Vega Bravo ha profundizado en áreas como auriculomedicina, medicina tradicional china, sanación y masaje pressel, entre otras, y en los últimos dos años y medio se ha enfocado en el estudio del cáncer y la enfermedad tumoral. Sin embargo, evita poner rótulos a su conocimiento. “Medicina, simplemente”, dice, “me dedico a una medicina ampliada o complementaria”.
La mayor parte de su tiempo la entrega a la consulta, mas no en un consultorio tradicional: en una sala de conversación donde el médico y el paciente están al mismo nivel, sin escritorio ni computador de por medio que le impidan mirar la cara al paciente y, sobre todo, sus ojos. “Eso es lindo, más que la técnica misma yo siento que lo que pesa fuertemente es la relación, la comunicación”. En otras palabras, el desde hoy nuestro columnista Jorge Alberto Vega Bravo, es un médico del cuerpo, el espíritu y el alma.

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