Que no nos roben la esperanza

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Nos roban la esperanza las administraciones que son más publicidad que resultados, las campañas que usan poderosos padrinos, los que promueven el odio y la mentira contra otros candidatos.

Para la democracia no son buenos los altos porcentajes de indecisos que muestran las encuestas para la Alcaldía de Medellín y la Gobernación de Antioquia. Hay que trabajar como ciudadanos para que estas cifras rebajen y elijamos a los nuevos funcionarios y representantes en cuerpos colegiados con mayores índices de votación que permitan legitimidad, pero también control social. Tenemos que superar la desesperanza electoral, esa que nos roba la posibilidad de participar y de mejorar nuestra sociedad.

Nos roban la esperanza de participación efectiva y de mejoramiento social las administraciones que son más publicidad que resultados, los corruptos impunes en la política y la contratación pública, los candidatos que se anuncian como ganadores fijos desde el principio, las campañas que usan poderosos padrinos políticos o financieros, los que acosan a contratistas de los entes públicos para que hagan campaña para ellos. Nos roban la esperanza de cambio también los que promueven el odio y la mentira contra otros candidatos, impidiendo que los electores juzguen sus reales propuestas.

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El resultado del robo de la esperanza electoral fundamenta la promoción de la impotencia y la falta de efectividad del voto. “Eso ya está arreglado”, “todos son lo mismo”, “no hay con quién”, son expresiones que promueven el abstencionismo. Los ciudadanos pierden así su derecho de elegir y se resignan a que todo lo que rechazan siga igual.

Creo que hay opciones para un voto efectivo y que ellas pueden ser consideradas por los ciudadanos que no se dejan robar la esperanza. Para alcaldía de Medellín creo que hay opción en Daniel Quintero, que propone un programa de reorientación del desarrollo desde lo social y lo tecnológico. Para el Concejo de Medellín hay varias opciones: que continúen Luz María Múnera, la gran defensora de lo público, y María Paulina Aguinaga, responsable al máximo en sus debates; que regrese Luis Bernardo Vélez, excelente promotor de políticas sociales, y que lleguen las mujeres de Estamos Listas a darle su enfoque a la gestión de la ciudad. Para Gobernación creo que es una opción Juan Felipe Palau, promotor por décadas del desarrollo de Antioquia; y en la Asamblea, que llegue Martín Román, experto y comprometido ambientalista social que puede mejorar el pobre panorama actual de esa corporación.

Sé que el número de listas y de candidatos no se corresponde con la calidad de propuestas, pero llamo a que se consideren estas, u otras opciones; que participemos y elijamos, sin dejar que nos roben la esperanza.

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