Propileos

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Propileos
 
  “Propileos” es una escultura de Ronny Vayda, de 6 metros de altura por 6 metros de ancha y 60 centímetros de profundidad, en acero oxidado, que fue instalada en 2006 en el campus de la Universidad Eafit.  
     
 
 
     
 
Por Carlos Arturo Fernández U.
 
 
La ubicación de obras tridimensionales en los espacios públicos ha posibilitado algunos de los desarrollos más importantes del arte contemporáneo. Durante mucho tiempo, desde finales de la Edad Media, movidos por las exigencias de sus clientes, los artistas se fueron dedicando cada vez más a producir obras destinadas a espacios privados. Era seguramente una manifestación que estaba relacionada con las condiciones sociales y las ideologías predominantes que privilegiaban los valores de la individualidad. Por el contrario, en las últimas décadas el arte se volcó vertiginosamente sobre los territorios urbanos de las calles y las plazas, mientras, al mismo tiempo, se insistía en los valores de la cultura ciudadana y de los compromisos colectivos.
Se entiende que hay unas consecuencias inmediatas de esta ampliación espacial. Por supuesto, no se trataba simplemente de sacar a la calle lo que antes se hacía para el interior de las casas; con frecuencia, se construyen ahora trabajos de grandes dimensiones que resultan necesarias para que la escultura conserve una presencia eficaz en esos amplios espacios. Pero, más allá de esas condiciones externas, el asunto es de fondo, y tiene que ver con el diálogo significativo que la obra establece con sus nuevos contextos.
“Propileos”, de Ronny Vayda, tiene unas características formales que la identifican y destacan; se trata de diez módulos iguales, que son otros tantos prismas emparejados en cinco grupos que giran 90 grados en espiral ascendente. El conjunto crea una especie de muro que, al mismo tiempo, genera la idea de movimiento y de posibilidad de paso.
Pero aquí no bastan los análisis formales de la obra aislada. Su sentido está ligado con el espacio del campus universitario que habita y sería una obra totalmente distinta si los mismos módulos estuvieran ubicados en otro contexto.
Desde su título, la obra hace referencia a las estructuras monumentales que servían de pórtico de entrada a los conjuntos arquitectónicos del mundo clásico grecorromano. Como allá, Ronny Vayda crea un ingreso con esta obra que es al mismo tiempo escultura y arquitectura. Y lo mismo que hacían los antiguos propileos, llama la atención sobre la separación de los espacios pero, gracias al giro de las columnas – módulos, invita a seguir adelante.
Los “Propileos” de Ronny Vayda son una invitación a valorar la trascendencia del espacio sagrado que es la Universidad: al llegar frente a ellos sabemos que nos apartamos de la regularidad habitual y que entramos en un espacio cargado de aspiraciones de conocimiento. A todos aquellos que pasamos la vida entera en ambientes universitarios y a quienes están allí por algunos años o incluso sólo de paso, Ronny Vayda viene a recordarnos el extraordinario privilegio que significa entrar en los templos del saber.
No es casual que los propileos por antonomasia, los de la Acrópolis de Atenas, conducían al atónito visitante a las puertas mismas del Partenón, el templo de Atenea, diosa de la sabiduría.
 
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