Preocupación por La Poblada

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  Durante la reciente temporada invernal, la quebrada La Poblada tuvo varios incidentes que dejaron a algunos ciudadanos preocupados por la manera cómo está siendo atendida por el Municipio, la proliferación de construcciones en sus alrededores con las respectivas talas de árboles, sobre todo en la Cola del Zorro, y la desestabilización en terrenos aledaños a su cauce.
La emergencia más notoria se registró el 1 de octubre, cuando un árbol cayó sobre este afluente y obstruyó su cauce a la altura de la Calle 10 B con la Carrera 46, ocasionando que subiera más de metro y medio. Según un residente del sector, durante la creciente “la quebrada parecía el mismo diablo, pensamos que iba a haber una tragedia”. Debido a los daños sufridos en la misma quebrada se están ejecutando varios trabajos de mitigación, como lo informa el ingeniero Nelson Sandoval, del consorcio Mitigación, contratista de la Secretaría de Medio Ambiente. “Estamos ejecutando la reparación de las estructuras hidráulicas de La Poblada cerca al hotel Park 10 y debajo del puente. Como había varios muros socavados por la quebrada, estamos reforzándolos con concreto”. Añade el ingeniero que esta y otras obras son necesarias para evitar un futuro daño, un deslizamiento que ponga en riesgo los edificios aledaños y los que más abajo también están sobre el retiro de La Poblada porque fueron construidos antes de la expedición de las nuevas normas urbanísticas. Gloria Giraldo, coordinadora del grupo operativo de la Secretaría de Medio Ambiente, agrega que mediante el contrato de mitigación se hizo la atención primaria de la emergencia, con trabajos tales como “la corrección de la socavación profunda que había, lo mismo debajo del puente donde se llenó el piso con piedra. Adicionalmente, se sembraron matas alrededor, se limpió el lecho y se sacaron raíces”.

Se requiere más que la mitigación
No obstante, el contrato no contempla la construcción de un muro de contención de cerca de 60 metros de longitud que, en opinión de algunos, se requiere para evitar que esta quebrada siga dando de frente contra el área de varios edificios, entre ellos Monticelo. Precisamente, el asesor de la Veeduría para la quebrada La Poblada, ingeniero Guillermo León Viera, expresa su desacuerdo con el Municipio por cuanto “en el litigio que tiene con el edificio no quiere aceptar su responsabilidad” y, por el momento, no tiene intenciones de construir dicha barrera.
La funcionaria Gloria Giraldo explica que “los interesados deben hacer la solicitud concreta del muro de contención, una acción de derecho -pues hasta ahora lo han hecho en forma desordenada- para que el Municipio analice la situación, la priorice, se haga un diseño, se lleve al Área Metropolitana para su aprobación y se autorice la obra para una vigencia futura”.
Para Dora Alzate, administradora del edificio Monticelo, esta emergencia estaba anunciada desde 2008 a través de un sinnúmero de derechos de petición enviados a la Secretaría del Medio Ambiente y el Área Metropolitana para que solucionaran los problemas de La Poblada, canalizaran y cortaran los sembrados de guaduas que, para ella, creaban inestabilidad en el terreno. Sin embargo, asegura que no fueron tenidos en cuenta.
Así mismo, una investigación realizada por un ingeniero de la Escuela de Minas para la Veeduría de la quebrada La Poblada y enviada a manera de derecho de petición a la Alcaldía, concluye que este afluente requiere una canalización de todo su cauce para evitar emergencias como las recientes y aún mayores. El estudio evidencia los problemas de socavación, erosión y sostenimiento que afectan La Poblada desde la Carrera 34 hasta la Carrera 43B y recomienda que el Municipio se encargue de su canalización con el fin, entre otras cosas, de evitar la construcción de muros de contención por parte de particulares con intereses determinados, lo que constituiría un riesgo potencial. Aunque la investigación fue enviada a diferentes instancias de la Administración Municipal, no ha habido una respuesta concreta para abordar el problema y evitar eventuales emergencias y hechos trágicos, manifiesta la Veeduría.

 
     
   
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