“No pintamos: transformamos la energía de los espacios”

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Recorrido de Vivir en El Poblado por el mundo startup. Para inspirarse y para conectarse. Disruptivos con cuento. Y con caja.

Hoy: Pintufresh.

Sebastián Cuartas se ve con su negocio, hoy instalado en el barrio Manila, pintando casas y empresas en Japón y en Alemania. Y pintándolas no solo bien sino rápido y sin traumatismos. O con los mínimos posibles.

Sabe que quien manda a pintar su lugar experimenta un “trasteo interno”, por eso desde Pintufresh promete tratar el espacio del cliente “como si fuera nuestro”.
Trabajaba en Pintuco y un día se le encendió la chispa del emprendimiento. Entonces agarró su tarjeta de crédito, se montó en su Twingo, consiguió los primeros clientes y armó equipo con su hermano y dos pintores y se llenó de conocimiento con el maestro Nicolás. “Pintamos en dos días”, se fijó como gancho comercial.

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Pintando y creciendo

Hoy Pintufresh lo componen 80 colaboradores directos, que reciben todas sus prestaciones y se mueven bajo un guión creado por Cuartas: “solucionar el dolor que le causa a un cliente la transformación de su espacio”.

El caos de desorden e incomodidad, que también tuvo que soportar en casa en otras épocas, hoy lo aplica como lección contraria y con el acompañamiento de trabajadores que ven dignificada su labor. “Valoramos la mano de obra. Capacitamos a nuestros trabajadores para volverlos unos tesos y para desarrollarlos en su ser”, señala.

Una buena planeación y el aprovechamiento de tecnología ponen todo sobre ruedas para terminar la obra en el tiempo corto prometido. El secreto es que antes de entrar en acción, miden todo: los riesgos, los recursos, las normas y los horarios, hasta la presencia de mascotas y el inventario de los objetos de extremo cuidado. “Y respondemos por los daños”, dice.

Primero es el ser que el hacer, es otra de las anclas de pensamiento de Pintufresh de cara a su talento humano. “Creemos en nuestra mano de obra”, dice Cuartas.

 

Una base de valores

Cada decisión está sustentada en valores: respeto, cumplimiento, honradez, gratitud. Cuartas dice que se lo aprendió a su mamá y a su abuelo trabajando de niño a su lado en La Cobija, el almacén del Centro.

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Pero un asunto es ponerle amor a la empresa propia y otra transmitir esos valores al equipo de trabajo. ¿Cómo lo logra? “Les digo que la misión es que disfruten lo que hacen y que si se ven felices en otra labor, que arranquen. Nuestra labor es servir, al cliente, a la compañía y a la comunidad. Y también ganar dinero”.

Entre sus clientes se cuentan la FLA, Servientrega, San Fernando Plaza, GEF, Comodísimos, Corona… además muros públicos donde retribuyen su amor por Medellín. Ya Pintufresh plasmó su arte en los exteriores del Colegio Palermo, Ruta N y la estación Santo Domingo. Intervendrá 50 sitios.

Cuartas más que de “pintar” habla de “transformar la energía de los espacios”: ese es otro de sus secretos.

  • ¿Qué hacen mejor que los demás?
    Creemos en los colegas y en los ecosistemas y en enfocarnos en mejorar la experiencia para el cliente. Como ventaja competitiva creemos en el desarrollo del talento humano.
  • ¿Dónde proyectan su futuro?
    En crecer el doble en Medellín y, para 2020, abrir en Bogotá. Luego, a tres años, nos visualizamos con mil pintores en operación nacional. Luego en Japón y en Alemania.
  • ¿Cuál es el cliente ideal?
    El que reconoce el valor diferencial de un servicio profesional.

Por: Juan Felipe Quintero Arango [email protected]

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