Pedalear…

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Movilidad sostenible Pedalear… Una alternativa que coge impulso

Si usted invita a un conductor motorizado a montar en bicicleta por Medellín es probable que al final del día termine pedaleando con un urbanista aficionado. Por lo menos así fue la transformación para Diana Jaramillo, una administradora de empresas que solo necesitó un corto recorrido en dos ruedas por El Poblado para examinar sus hábitos de transporte y tomar conciencia de sus encuentros con ciclistas en las vías que recorre.

“Los conductores de carros son imprudentes, van muy rápido y no hay suficiente iluminación en la noche, pero la verdad es que se disfruta mucho más la ciudad al ritmo de la bici, es una forma bonita de redescubrir a Medellín”, dice esta habitante de El Poblado.

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Para Diana fue un descubrimiento natural, incentivado por el interés de su esposo en hábitos saludables. Pero a nadie le gusta que le impongan un estilo de vida, no importa qué tan bien se lo vendan. Sin embargo, no se trata de una pelea con el carro; es solo que por el uso de la bicicleta se viene haciendo una campaña fuerte por todo el mundo y Colombia y Medellín no se quedan atrás.

El Área Metropolitana ha sido el abanderado de la causa. Anunció la construcción de 29 kilómetros de ciclorrutas durante 2014 y 2015. En la primera semana de abril, el programa de bicicletas públicas EnCicla cambia de operador.

Eafit le entrega el sistema a la firma Mysvial – Tevaseñal S.A. Este cambio incluirá la construcción de 37 estaciones que se suman a las 13 existentes, y 1.000 bicicletas más para un total de 1.300 que estarán activas en octubre. El contrato es por un valor de 13.566 millones de pesos. Además, el Área trabaja en el Plan Metropolitano de la Bicicleta, con el que se busca implementar para 2030 una red de cicloinfraestructuras conectadas, con una inversión de 623.000.000 de pesos.

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Hacen falta cuidados

Tal vez Diana tenga razón. Los conductores de carro van muy rápido. En el año 2010, 12 ciclistas murieron y 549 quedaron heridos en accidentes de tránsito en Medellín. En 2012 también murieron 12 ciclistas en la vías y en 2013 el número aumentó a 13.

Determinar las causas exactas no es sencillo. Sin embargo, un estudio de la Society for Academic Emergency Medicine de Estados Unidos, con datos de 2002 a 2010, encontró que, más que carriles exclusivos para las bicicletas, lo que reduce o no significativamente la severidad de las heridas en ciclistas es la velocidad a la que viajan los vehículos cercanos a ellos. Las cifras de muertos y heridos son altas, más si se considera que de los 5,6 millones de viajes en el Valle de Aburrá, 74 por ciento son motorizados y las bicicletas representan el 1 por ciento.

Según la Encuesta de Origen y Destino de 2012, ese año se movían 36 mil bicicletas diariamente, versus las 45 mil que se registraron en la misma encuesta de 2005. Para Carlos Carvajal, fundador del colectivo Pedaleando Alma y la Fiesta de la Bici, esta medición podría tener un error puesto que los colectivos de bicicletas, los eventos, la oferta de almacenes y marcas de bicicletas en la ciudad, y los kilómetros de ciclorrutas han aumentado. “Hay muchísima más gente; lo evidencian las cicleadas y la Fiesta de la Bici.

En esos encuentros la gente ha descubierto que la ciudad es pedaleable y con tres o cuatro mil personas en cada ocasión se ha roto el mito de la montaña porque hacemos recorridos en pendientes. Además, la distancia entre los orígenes y destinos de los ciudadanos en Medellín no sobrepasa los 10 km y en la fiesta recorremos 20 km”.

 

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Para Carlos, los ciclistas tienen que aprender a conocer las rutas más seguras y desarrollar inteligencia vial por su propia protección. Por otro lado, opina que la Secretaría de Movilidad debería plantear mejores estrategias para la movilización en bicicletas.

“Ellos han sido el gran ausente en este tema”, dice el activista. Según Carvajal, en dos años de trabajo de movilización con el Área Metropolitana, Planeación, Cultura y los grandes colectivos de bicicletas como SiClas y Bellocicleta, la Secretaría de Movilidad poco o nada ha participado.

Para él y los colectivos, la Secretaría podría vincularse con estrategias de tráfico calmado (zonas de velocidad máxima de 30 km/h para que todos los actores transiten con seguridad) y control del parqueo en las vías para una mejor circulación.

Ninguna de las dos requeriría inversión de insfraestructura, dice. Sin embargo, la inversión en infraestructura es necesaria si Medellín verdaderamente quiere orientarse a las tendencia sostenibles. Vivir en El Poblado intentó hablar varias veces con la Secretaría de Movilidad sobre estas apreciaciones, pero no obtuvo respuesta.

 

Un POT fuerte para la bici

Juan Diego Betancur, de 41 años, vive en Itagüí. El trayecto hasta su trabajo, en El Poblado, le toma entre 20 y 25 minutos en moto cuando cuenta con suerte y hay tráfico fluido. Cuando no, puede gastarse hasta una hora en desplazarse. El mismo trayecto lo ha recorrido en bicicleta y le toma entre 35 y 40 minutos, pero no lo hace por simple temor de enfrentarse a los vehículos. El profesor Jorge Agudelo, de 35 años, vive en Santa Mónica y para desplazarse hasta la Universidad de Antioquia le toma 15 minutos en bicicleta. Si coge un bus se demora una hora.

 

 

Ejemplos hay muchos, pero solo daremos uno más. Camilo Restrepo, ingeniero civil y especialista en vías, es el encargado del componente de Movilidad en la actual revisión del Plan de Ordenamiento Territorial. Para “tener autoridad moral” a la hora de presentar las propuestas de movilidad no motorizada, Restrepo dejó guardada su moto y desde hace nueve meses se desplaza en bicicleta. Desde su casa en la loma de El Encierro –en El Poblado– hasta La Alpujarra se gasta 12 minutos. En moto solían ser 25.

Cuenta Restrepo que lo que hay en este momento propuesto para el POT, en cuanto a bicicletas, es prácticamente todo lo que han planteado los colectivos. Lo primero es extender la red actual de ciclorrutas a 400 kilómetros, segregados o compartidos con otros usuarios de la vía, sin temerle a las pendientes. Esto implicaría soluciones técnicas, como la bicicleta eléctrica y elevadores mecánicos para bicicletas a nivel de calzada.

La propuesta también incluye vías de tráfico calmado en la que los vehículos, controlados por medio de resaltos, cámaras o por un diseño zigzagueante de las calzadas, tendrían que transitar a menos de 30 km por hora. Además se propone que todos los equipamientos públicos y privados tengan biciparqueaderos (uno por cada 10 vehículos) y de encontrarse a menos de 250 metros de una ciclorruta estarían en la obligación de construir la conexión hacia la misma.

El presupuesto es de mil millones de pesos por kilómetro en rutas segregadas y cien millones por kilómetro en rutas compartidas. Es decir que para esos 400 km podría hablarse de unos 250 mil millones de pesos.

Aunque por ahora solo es una propuesta, Restrepo cree que hay un buen ambiente en el Concejo de Medellín para su aprobación a finales de mayo o principios de junio. De ser así y “si nos creemos el cuento de ser la ciudad más innovadora, hacia el 2020 Medellín será una ciudad excelente en términos de sostenibilidad vial”, predice el ingeniero.

 

En el WUF7

Pedaleando Alma, Colectivo SiClas y Bellocicleta preparan para el Séptimo Foro Mundial Urbano lo que podría ser una de las pedaleadas ciudadanas más grandes que se haya realizado en el país. El 9 de abril a las 8 pm saldrán del Parque de las Luces .

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