Parques del Río

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Prioridades son invertir en salvar Savia Salud, mejorar la cobertura de los restaurantes escolares, apoyar las microempresas, implementar la jornada única escolar o impulsar la universidad virtual
/ Juan Carlos Vélez Uribe

En Medellín algunos de nuestros mandatarios se han mostrado interesados en realizar obras imponentes que a futuro les permitan ser recordados, obras que a todas luces se ve que no son prioritarias, pero a través de ofensivas campañas publicitarias convencen a la ciudadanía de su imprescindibilidad para la ciudad. Me refiero específicamente a lo que hoy se conoce como Parques del Río y que desde un principio quienes han venido defendiendo esta obra faraónica sostienen que para recuperar la movilidad de la ciudad y el espacio público, es fundamental hacer una cuantiosa inversión en este proyecto.

Indudablemente, como suele ocurrir, cuando la primera parte de este proyecto esté concluida serán muchos los ciudadanos que celebrarán los grandes avances que ha logrado nuestra ciudad al poder contar con vías soterradas en los mismos términos de las más importantes urbes del mundo. Claro, felices estaremos porque se ha logrado por fin embellecer aún más nuestra ciudad.

Ahora bien, de tiempo atrás he planteado mis preocupaciones con respecto a este proyecto. Aclaro, no significa ello que para que la ciudad pueda contar con más espacio público y mejorar los alrededores de una parte de nuestro río, no es algo que no nos parezca bien; por el contrario nuestra preocupación se basa en si realmente Medellín requiere de una obra de esas magnitudes (la primera etapa cuesta algo así como 500.000 millones de pesos y el proyecto en su totalidad más de los 3 billones) o si es más importante invertir en otros asuntos prioritarios para la ciudad como salvar Savia Salud, mejorar la cobertura de los restaurantes escolares, apoyar las microempresas, implementar la jornada única escolar o impulsar la universidad virtual.

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Desafortunadamente no hicieron caso a nuestras preocupaciones y la obra continúa, a pesar del compromiso de campaña del Alcalde de la ciudad de buscar la forma de frenar la obra en el costado oriental del río. Si lo logra, podrá contar con cerca de $231.000 millones para implementar su programa de gobierno.

Cuando se dio el debate acerca de este proyecto en conjunto con algunas connotadas personalidades que han tenido participación en la discusión del desarrollo vial de la ciudad, como los doctores Johel Moreno y Rodrigo Salazar Pineda, pudimos plantear algunas preocupaciones que aún no han sido resueltas.

En primer lugar, si Medellín debe generar más espacios públicos a un costo tan alto para el goce y disfrute de los ciudadanos o debe optimizar el uso del espacio público que actualmente existe; v.gr. el Parque de la Asomadera, que seguramente varios de los lectores aún no conocen, pero que cuenta con un área de 26 hectáreas y está ubicado cerca al Centro Comercial Sandiego; otro ejemplo sería el del Cerro Nutibara que se encuentra en total abandono. En segundo lugar, ampliamos la autopista a seis carriles y la dejamos a medio hacer, ya que en la calle 30 vuelve a los cuatro carriles generando un cuello de botella. En tercer lugar, habrá dificultades en el sector de Conquistadores, en razón a que no se previó la solución a los parqueaderos de los visitantes a la primera etapa -sector occidental, y por último, cambiamos el objeto social de EPM al vincularla en la operación de Parques del Río. No falta entonces que más adelante también le entreguemos a esta empresa la administración del estadio o de otras obras de infraestructura de la ciudad.

En síntesis, está bien que la ciudad piense en grandes proyectos, pero seamos juiciosos con el manejo de los recursos. Hay otras prioridades más allá de las de Parques del Río.
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