Motos en estampida

Digo creciente porque, a pesar de la increíble cantidad de motos que ya circulan en Medellín, aún no hemos visto nada. En 2005, por ejemplo, en Colombia vendieron un 50% más de motos que de automóviles. Y si ya están las vías repletas de motos, ¿cómo estarán dentro de unos años?

Y digo fascinante, porque nuestras autoridades nos divierten poniendo y quitando normas, como de costumbre enfocándose con gran profundidad, pero en el problema que no es. Cada alcalde se esmera en hacer un pequeño ajuste en un sentido o en el otro. Que casco sí, que casco no, que sí pero con el número de la placa, que el chaleco también, que unos días parrillero sí, que otros no… O sea, el énfasis radica en la identificación: Saber si la moto está bien registrada y es conducida por su legítimo dueño o usuario, lo que supuestamente se comprueba si el número de la placa es el mismo del casco y el chaleco. Reflejo de otras épocas en que las motos eran vehículo preferente para ciertos delitos atroces. Y beneficio neto para muy pocos, a excepción de los fabricantes de chalecos.

¿Y dónde están las normas realmente vitales para la circulación y la seguridad, tanto del motociclista como de peatones y conductores? Señores del Tránsito, recuerden que además de saber quién va en la moto, tienen qué asegurarse de que la conduce razonablemente bien. Me refiero a casos como:

  • Motos sin luz principal: Según mis sondeos en diferentes sitios de la ciudad, más del 10% de las motos no tienen farola principal. No es que no prendan las luces, ¡es que no las tienen! Suena a exageración, pero cualquiera puede comprobarlo. Y, ¿cómo es posible que les permitan circular? Si yo tengo un accidente contra una moto que no vi porque no tenía luces (la moto), ¿será acaso mía la culpa?
  • Motos con niños: No tiene nombre la desidia (o ignorancia, ¿cuál es peor?) de las autoridades que no hacen nada cuando ven pasar una pareja en moto con un bebé en brazos, o estrujado entre sus padres. ¿Por qué tiene que pagar este menor la absoluta imprudencia de sus padres y la ilimitada tolerancia de nuestros secretarios de tránsito?
  • Motos con dos parrilleros: Similar al anterior, solo que ya no es con menor de edad. Pero igualmente torpe y, claro, sin control.
  • Motos por la izquierda: Normalmente, las más lentas son las que más gustan de esto. ¿Cuándo empezará una campaña seria en contra de esta práctica tan peligrosa, para ellos y para nosotros? Favor incluir bicicletas y otros vehículos lentos.
  • Motos de servicios a domicilio, sin normas: Por El Poblado se les ve circular sin luces, en contravía, e incluso sobre las aceras. ¿Es que para los domicilios no valen los semáforos, ni los sentidos de circulación? ¿No hay responsabilidad de los restaurantes que los envían?

Si vamos a tener cada día más y más motos, entonces que se vea el liderazgo de una administración municipal que pueda controlarlas y disciplinarlas. Y si no, ¡que se empiecen a ver renuncias!

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