Mal ambiente para el Parque Ambiental

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  El Parque Ambiental la Frontera dispondrá de 33 mil metros cuadrados. Estará ubicado en la calle 18 Sur con la carrera 43 A, barrio El Diamante 2.  
   
  Mientras la Secretaría de Obras Públicas de Medellín adelanta aún el proceso licitatorio para iniciar la ejecución del Parque Ambiental La Frontera, la comunidad de los alrededores está cada día más inquieta. No está de acuerdo con varias de las características que tendrá este proyecto en el que el Área Metropolitana del Valle del Aburrá invertirá 2.300 millones de pesos. Por eso, más de 60 personas enviaron recientemente una carta abierta al alcalde Alonso Salazar en la cual plantean las inconformidades y sinsabores que el inminente desarrollo de la obra les genera.
No solo reclaman que no se les haya tenido en cuenta para diseñarlo, sino que consideran que el proyecto no tiene coherencia con un parque ambiental. En la carta expresan que “(…) Cuando la Administración Municipal adquirió el predio y se nos comunicó públicamente la destinación específica de parque ambiental, orientado a servir de pulmón para un sector de la ciudad tan agobiado y asfixiado por el concreto y las edificaciones, saludamos alborozados dicha iniciativa (…) donde lo verde, lo ecológico y lo saludable fueran factor preponderante.” No obstante, aseguran que los “cambios radicales” que se socializaron en enero los tomaron por sorpresa y que son precisamente esos con los que no están de acuerdo y por los cuales no han obtenido respuestas convincentes.

Los peros, según los vecinos
Los firmantes de la carta le preguntan al Alcalde sobre el para qué de un parque ambiental con café-bar, con plazoleta de 300 mt2, con parqueaderos y con librería. No se explican tampoco “por qué parecen estar ya tan definidos quienes oficiarían como administradores de algunas de sus instalaciones y desde cuándo con recursos públicos de destinación específica se realizan obras de infraestructura para usufructo de particulares con intereses aparentemente personales.” Inquieren sobre el porqué de “la celeridad en ejecutar un proyecto en el cual sus propios defensores no parecen tener claro cuál será el producto final. Finalmente se preguntan “cómo concilian los intereses de un parque ambiental con las declaraciones del actual gerente de Telemedellín cuando habla de la posibilidad de realizar conciertos y eventos artísticos al integrar los espacios.”

“No será otro Pies Descalzos”
Para el concejal Santiago Londoño, uno de los principales impulsores de esta obra, varios de los miedos expresados por la comunidad son infundados. Insiste en que la intención no es cambiar la vocación residencial de la zona sino convertir un sitio que bien pudo haber dado paso a más torres de apartamentos en un espacio de sano esparcimiento donde se respete al máximo la naturaleza. “El Parque Ambiental La Frontera no va a ser otro Parque de los Pies Descalzos ni otro Parque de Los Deseos, que son para multitudes y tienen mucho cemento”, dice. Con respecto a las inquietudes sobre las adecuaciones que tendrá el parque, expresó que “es bueno que el lugar esté habitado y tenga dolientes que se preocupen por su administración y buen funcionamiento. Por norma se ha pensado en construir 12 celdas para parqueaderos; EPM manifestó interés en manejar el aula ambiental y la biblioteca, y Otraparte hizo una propuesta para manejar el café, pero eso no significa que haya algún compromiso o contrato preestablecido. En cuanto a Telemedellín, quizás estén confundidos porque son dos espacios diferentes”, aclara.
Para mayor tranquilidad de los vecinos, el concejal Londoño informa que se está buscando un mecanismo jurídico para que el Parque Ambiental La Frontera tenga una junta administradora donde el Área Metropolitana, la Alcaldía de Medellín y la comunidad, entre otros, tomen juntos las decisiones sobre la administración, los horarios y los servicios que ofrecerá el lugar.
Aún no hay respuesta oficial a la carta.

 
     
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