Las obras que transformaron El Poblado

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Las obras que transformaron El Poblado
Estas intervenciones configuraron en poco más de dos décadas el aspecto de esta zona y se erigieron como referentes de ciudad

La eterna discusión de la 10 


2002 empezó con la promesa de la Alcaldía de hacer de la 10 una vía más amable. El anhelo por convertirla en un corredor en el que las personas se pudieran detener a hablar en andenes amplios, se transformó en un tire y afloje entre la administración municipal y la comunidad. Por esos días el arquitecto Luis Fernando Arbeláez dijo que este corredor necesitaría más arborización y que si se intervenía bien podía ser la demostración de que “a las personas sí les gusta caminar, desde que tengan andenes de buena calidad por donde hacerlo”. Hubo que esperar hasta 2007 para que esta vía mostrara su nueva cara completa.


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Las glorietas de La Aguacatala y la 10


En el año 1995 Planeación Municipal midió el número de vehículos que transitaban las glorietas de Medellín. En La Aguacatala en un día el dato fue de 78 mil vehículos, y en la 10 de 77 mil. Dos años después comenzó la construcción del Intercambio de La Aguacatala, con un innovador puente elevado de 280 metros. En la obra se invirtieron 25 mil millones de pesos y fue entregada en 1999. Estas dos glorietas fueron noticia nuevamente en 2005, cuando se identificaron como los puntos de mayor accidentalidad en El Poblado. Ese año reportaron 1.770 casos (el 7 % de la ciudad).



El gigante de la 4 Sur

Luego de 22 meses de construcción, el puente intraurbano más grande del país fue inaugurado el 20 de abril de 2012 por el alcalde de Medellín, Aníbal Gaviria. Financiado 100 % por el Municipio, con una inversión de 205 mil millones de pesos, el proyecto buscó aliviar las congestiones vehiculares y superar el atraso vial. Su longitud de 580 metros, las calzadas de cuatro carriles a cada lado y los amplios andenes para la circulación peatonal y de bicicletas, el puente Gilberto Echeverri se convirtió en un referente de ciudad. A siete meses de su apertura, no es clara su capacidad para descongestionar la zona en la que se asienta, pues hace falta la construcción de obras complementarias. Los detractores de este megaproyecto consideran que lo que ha pasado es un traslado de los embotellamientos hacia las vías de entrada y de salida del puente colgante.

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Un sueño que transformó la ciudad


Los primeros 5 años de los 90, ad portas de la inauguración del metro de Medellín (1995), fueron de mucha intensidad por las obras complementarias. Por aquellos días El Poblado sería la última estación (en sentido norte – sur). Una de esas intervenciones fue la demolición del viejo puente de la 10, que se llevó a cabo en plena Semana Santa. Según la empresa Metro, el objetivo era aumentar la capacidad vial del sur de la ciudad, con la habilitación de mayores conexiones. Se construyeron además puentes en la 12 Sur, 37 Sur y 50 Sur. El 30 de noviembre de 1995 los trenes empezaron sus recorridos.


Ciudad del Río


Este desarrollo, que empezó en 2007, hoy es visto como un modelo de ciudad compacta. En la edición 461 del 9 de febrero de 2012, así quedó reseñado uno de tantos recorridos por este complejo de viviendas que tiene al Mamm como su principal referente: “…Hace cinco años, cuando se iniciaron las demoliciones, pocos tenían la sospecha del efecto que el proyecto Ciudad del Río tendría sobre el barrio Villa Carlota, en El Poblado, y sobre la ciudad. Aún hoy es difícil calcular su importancia futura. Solo empezaremos a apreciar esa influencia en veinte años, cuando el sector industrial le dé paso a las últimas etapas, y los trescientos mil metros cuadrados del proyecto tengan una vida activa…”

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