La llamada realidad y la ficción

- Publicidad -
Fotografía: John Mario Díaz
Texto: Saúl Álvarez Lara
El hombre lee, es flaco, viste cachucha con overol verde y empuja una carreta de carga. Lo vi de mañana en una parada de bus en el Centro. Sentado en el brazo de la carreta leía un libro. Nada: ni el tráfico, ni los pitos, ni los gritos de los choferes, interrumpían su lectura. Se debe llamar Ramón, me dije, porque me recordó el personaje de un cuento. Cuando terminó el capítulo, disimuló el libro entre los trebejos que desbordaban la carreta y siguió calle arriba. Lo perdí de vista por culpa del tráfico, pero conservé la idea de que era un asiduo lector en esa vía y a esa hora. Al otro día, a la misma hora, él estaba en su puesto y yo también. Y así fueron los días siguientes hasta el día en que el cuento donde el personaje era él se desdobló frente a mí, conmigo en él. Dudé entonces: ¿si yo era parte de esa ficción, qué pasará cuando Ramón termine el libro…?
- Publicidad -

Más notas

- Publicidad -

Más noticias

- Publicidad -