¿Valorización? ¿Cuál valorización?

  Por: Juan Carlos Franco  
 
El Poblado se prepara para una nueva e interesante etapa en lo relativo al mejoramiento de su infraestructura: ¡Nos mejorarán la movilidad y habrá menos trancones! ¡Subirán los precios de las propiedades! ¡Volveremos a pagar valorización!
En toda justicia, vamos a devolverle a la Administración Municipal un dinero más o menos equivalente a lo que nuestras propiedades van a apreciarse gracias a las nuevas obras… O al menos, eso dice la teoría.
Se habla de 14 obras que “van a valorizar El Poblado”. De acuerdo, apenas están en estudio y no se sabe con certeza cuáles y en qué orden van a ser ejecutadas. Habrá un espacio amplio para discusión con la comunidad y harán minuciosos estudios socioeconómicos para establecer prioridades y determinar cuánto se cobra y a quién se le cobra.
Lo que sí está muy confirmado es que las 14 obras son exclusivamente viales: Empalmes aquí, aperturas allá, prolongaciones más allá, de pronto algún intercambio y, la joya de la corona, la ya famosa obra de la Calle 4 Sur. Esta se trataría de un gran viaducto para comunicar directamente la doble calzada de Los Balsos con la Autopista Sur, la Avenida Regional y la Avenida Las Vegas.
Se presume que en El Poblado mejorará ampliamente la movilidad por medio de esta y otras vías arterias, nuevas o reformadas, que le quitarán carga vehicular a La 10, la Avenida El Poblado, Las Vegas, etcétera. Y dice la teoría que gracias a estos flujos mejorados las propiedades aumentarán de precio.
No hay duda de que financiar obras públicas por valorización es un recurso válido. Pero sí surgen dudas, y muchas, de que las propiedades vayan a valorizarse. De hecho, podría ser al revés. Veamos por qué:
Como han descubierto a su pesar tantas ciudades del mundo, tener más y mejores vías atrae más tráfico y más congestiones, pues estimula a los dueños de vehículos a hacer muchos más viajes que antes.
En una zona ya saturada como El Poblado, una vía nueva o mejorada tiene un impacto positivo en la movilidad sólo si no se cruza al mismo nivel con ninguna otra. O sea, que tenga intercambios a desnivel en todos los cruces, lo cual evidentemente no sucederá en muchos años en El Poblado. Y eso sin contar el crecimiento esperado de habitantes y del parque automotor. Y sin contar con la esperanza que tiene (¿tenía?) la Administración de quitar el pico y placa una vez quede lista esta infraestructura.
El aumento de tráfico, lejos de valorizar, afecta negativamente a la mayoría de viviendas ubicadas a lado y lado de las vías por las que van a circular más vehículos. Sube notoriamente el nivel de ruido y podría, en lugar de facilitar, dificultar el acceso a numerosas propiedades.
En el proyecto no se habla ni una letra de parques ni de aceras, cuya irrebatible ausencia casi total es una de las mayores desvalorizaciones de El Poblado. Se está perdiendo una ocasión única para que la Administración nos demuestre su entendimiento de que una propiedad es más valiosa si está al lado de un buen parque o de amplias aceras, que si está cerca de una vía por la que se movilizan cada vez más vehículos a velocidades -supuestamente- mayores.
En épocas pasadas, cuando había pocos habitantes y pocas vías, indudablemente una propiedad ganaba valor cuando se construía una nueva vía que permitía acceder a ella mucho más rápidamente. Pero en estas épocas de saturación, ya casi sin zonas inaccesibles, es –por decirlo suavemente- un concepto muy discutible.
De acuerdo, muchas de estas vías hay que hacerlas pronto, ¡pero no será fácil convencernos del aumento de valor!

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