Gardel, 80 años después

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Homenaje al último vuelo del cantor y compositor que le recordó a Medellín su gusto por el tango


Monumento a Carlos Gardel en su memoria, en el aeropuerto Olaya Herrera

Por Luisa Martínez

“Carlos Gardel, hallado en decúbito ventral bajo las válvulas de un motor; de cuarenta y ocho años de edad; uruguayo, de la ciudad de Tucuarelo, provincia de Montevideo (nacionalizado en Argentina). Identificado por el buen estado de la dentadura, una cadena al parecer de oro, sin reloj en la muñeca izquierda, un chaleco abollonado con plumas y por una cadena fina pendiente de la ropa, con unas llaves y una chapetica con esta leyenda ‘Carlos Gardel-Juan Juares 735-Buenos Aires’. Presenta quemaduras de cuarto, quinto y sexto grado generalizadas (…) Igualmente, por causa de incineración faltan ambos pies”, narra el Jefe de la Oficina de Medicina Legal, Luis Carlos Montoya, en el acta de reconocimiento de los cadáveres del accidente de aviación del 24 de junio de 1935 en el aeródromo Olaya Herrera, también reconocido en la época, como Pista Las Playas.

Antes de su muerte, en abril de 1935, desde Nueva York, precedido de fama por sus actuaciones en el cine, Gardel anunció su gira con un disco de la RCA.Victor y saludó a los pueblos del Sur y Centro América donde estaría. En Venezuela, su destino previo a Colombia, le cantó al dictador Juan Vicente Gómez, quien le dio 10 mil bolívares, que después el mismo Gardel donó a quienes estaban luchando contra esta dictadura en Curazao. A Curazao fue su primer viaje en avión en Latinoamérica, él tan esquivo de los viajes en las alturas. Así lo narra el artista e investigador Horacio Arbeláez, que sabe tanto de Gardel como del tango de Argentina y del tango nuestro.

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Aguilar, Plaja, Le Pera y Barbieri. Foto cortesía

A Medellín llegó Gardel para presentarse el 11, 12 y 13 de junio en el Circo España. Luego de estar en Bogotá ese inolvidable 24 de junio, su avión rumbo a Cali, hizo escala en Medellín. A las 3:06 minutos, el F31 de la Saco, donde viajaba, colisionó en tierra con el “Manizales”, de Scadta, mientras despegaba. Diferentes anécdotas surgen del siniestro, según narra Arbeláez: “unos vientos que azotaban por Belén Las Playas empujaron ese avión, la rueda de cola giratoria impidieron su estabilidad, había sobrepeso, los pasajeros se levantaron de sus puestos para saludar por las ventanas, la nave se inclinó al lado derecho…”. Entre los cadáveres se encontraron los acompañantes de Gardel: Alfredo Le Pera, compositor de sus últimas letras de tango llevadas al cine, Guillermo Desiderio Barbieri, su guitarrista y compositor, y José Corpas Moreno. Los tres cuerpos, debido a la carbonización, no fueron reconocidos. Entre otras personalidades en ese avión, se recuerda la pérdida de Estanislao Zuleta Ferrer, padre del escritor Estanislao Zuleta.


Levantamiento de los cadáveres del siniestro. Foto cortesía

Después de 80 años, la ciudad rememora este acontecimiento y rinde a Gardel el homenaje “Antes morir que olvidarte”, en el IX Festival Internacional de Tango de Medellín, que se celebrará del 22 al 28 de junio. En Medellín, en bares como Salón Málaga, Homero Manzi, Adios Muchachos, Isla de Capri, Patio del Tango, La Milonga, El Tarqui, A Puro Tango, entre otros tantos de música vieja y de colección, señoras y señores, también jóvenes, bailan y gozan sus canciones más añoradas que se repiten una y una vez: El día que me quieras, Caminito, Tomo y obligo, Cuesta abajo, Sus ojos se cerraron, Y es que el intérprete a sus 16 años, en 1906, ya era un hombre con guitarra en mano que se hacía conocer en cuanto cafetín y boliche había. Pero también en reuniones de grupos políticos que no le fueron ajenos. Buscó un repertorio propio del interior de Argentina y en 1917 instauró lo que es el “tango canción” con la interpretación del tango Mi noche triste. Horacio Arbeláez aclara que se le dice así, “no porque antes los tangos no se cantaran, sino porque no tenían la forma que le dio Gardel y ese es el fundamento de su creación”. Además, cuenta que impuso el tango con guitarras y lo llevó a los teatros y a las revistas de variedades en un momento en que surgían las orquestas y brillaba el bandoneón. Su primer disco, Flor de Fango, toma el nombre de la novela del escritor colombiano José María de Vargas Vila, lo que deviene la importancia de Colombia en el tango. El tango en el país y Medellín se teje en historias anteriores, sin embargo, la llegada de este cantor y compositor le confirmó a la ciudad su gusto por este género.

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Foto cortesía

Sobre él, se ha escrito mucho, y en todos los documentos quedan cosas muy ciertas y muchos vacíos, como el de su lugar de origen -existe un consenso mundial de que en Toulouse, Francia, está la partida de nacimiento de Charles Romuald Gardes, del 11 de noviembre de 1890, a las 2 am-, pero lo cierto es que fue un hombre que en vida fue un mito y que ahora, después de ochenta años, es una figura ejemplar, con una obra de arte poética y musical que merece ser estudiada”, finaliza el investigador de Carlos Romualdo Gardel.

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