Familia afectada por la obra de la Superior con la loma de El Tesoro

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Ladrones saquearon la casa de la familia Múnera Díez. Además, los movimientos de tierra están afectando el terreno del inmueble

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Carlos Múnera y su esposa Adriana Díez

Adriana Díez, su esposo Carlos Múnera y su hija Juanita, de seis años, viven en la urbanización Bonaparte, ubicada en la calle 2 # 20 – 75; y desde los primeros meses de 2014, a raíz de la construcción del paso a desnivel en el cruce de la Transversal Superior con la Loma de El Tesoro, han tenido graves problemas de seguridad y con el Consorcio El Tesoro 44-13, encargado de ejecutar la obra.

Carlos Múnera cuenta que las obras en frente de su casa comenzaron en la Semana Santa de 2014. “Nosotros teníamos un cerco muy bonito, que nos impedía la visual de la calle y nos daba un ambiente muy campestre. La obra llegó y tumbaron los árboles, eso fue lo primero”, recuerda. Aquellos árboles eran los encargados de mantener el terrero firme, y cuando la construcción comenzó a hacer movimientos de tierra, el muro de la propiedad se agrietó.

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“Nos preocupó y entonces hablamos con los ingenieros de la obra y advertimos que era muy fácil que se entraran a la casa”. La solución de los constructores fue la instalación de una malla. Sin embargo, según cuenta Múnera, “el trabajo de la malla no quedó bien hecho, y no tenía soporte en los extremos. A medida que avanzaban los movimientos de tierra en la obra, el terreno iba cediendo, y obviamente la zanja se fue abriendo más”.

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El robo

El viernes 9 de enero en las horas de la noche, ladrones ingresaron a la residencia Múnera Díez y la saquearon, mientras la familia estaba fuera de la casa. “Rompieron con cortafrío la malla por fuera, ampliaron el hueco, empujaron la lata un poquito y entraron por el balcón. Utilizaron la misma malla para entrarse, y luego forzaron las puertas”, recontruye Múnera.

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Tanto Adriana como su esposo aseguran que el robo no fue realizado por delincuentes comunes, ya que, según ellos, utilizaron elementos de obra para irrumpir en la casa. Además, dejaron olvidado un destornillador.

“Yo estoy muy vulnerable, porque soy mamá. Mi hija vio todo después del robo, además de todas las implicaciones psicológicas que eso ha tenido en nuestra vida”, cuenta Adriana Díez, quien asegura que ni las autoridades ni los constructores han hecho “absolutamente nada” después del robo.

“Este es el capital nuestro y queremos que nos respondan”

Más de un mes después del incidente, y a pesar de que hay una investigación en curso, esta familia no ha recibido ninguna solución a su problema. Integrantes del Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Desastres (Dagrd) visitaron el inmueble el 11 de febrero en la mañana, para revisar el estado del terreno. Según Múnera, entre el jueves 12 y el viernes 13 de febrero, recibirán un informe donde se determinarán las condiciones del mismo.

“Es una zanja que ya es muy grande. Nosotros no sabemos qué va a pasar con la casa. Seguimos viviendo aquí con todo el temor del mundo, porque no sabemos qué pueda pasar con la propiedad. Este es el capital nuestro, y nosotros queremos que nos respondan por algo”, manifiesta Múnera.

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Por su cuenta, Adriana Díez critíca el tratamiento que el Consorcio El Tesoro 44-13 le ha dado al caso: “Tratan las cosas como si uno fuera una ficha o un número, y aquí estamos hablando de familias, seres humanos con temores. No se imaginan la intranquilidad e impotencia que da la respuesta que nos dieron, más la intranquilidad que he estado viviendo aquí”.

Respuesta de la constructora

Tras una carta enviada por Carlos Múnera el 10 de enero del presente año, el 27 del mismo mes llegó una comunicación del Consorcio El Tesoro 44-13, firmada por Sergio Acero Álvarez, su representante legal.

En la misiva, la constructora responde: “Si bien es cierto que somos las personas encargadas de la construcción de la citada obra, no es posible prestar la seguridad a los inmuebles colindantes, toda vez que es responsabilidad de cada propietario”. En lo referente a los acontecimientos del robo, la carta dice: “Los mismos no pueden ser imputables a la obra y sus contratistas, toda vez que son las autoridades jurisdiccionales las únicas encargadas de determinar responsabilidades”.

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Sobre las peticiones que realizó Carlos Múnera para solucionar el problema, la respuesta es la siguiente: “(…) no es posible aceptar los requerimientos de su parte, en cuanto a traslados a otro lugar, arreglos de fachada, mallas de seguridad, alarmas, etc. Toda vez que que los mismos no son imputables al Consorcio El Tesoro 44-13”.

El comunicado finaliza de la siguiente forma: “Si las autoridades jurisdiccionales determinan nuestra responsabilidad en los hechos ocurridos el día 9 de enero de 2015 y nos obligan a efectuar las reparaciones solicitadas y aceptar los requerimientos solicitados por usted (Carlos Múnera), procederemos de manera inmediata a realizarlos, de lo contrario, no podemos asumir obligaciones que no son imputables a nuestra actividad”.

*Nota actualizada el jueves 12 de febrero

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