Extorsión es delito: que no se vuelva costumbre

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El gaula reporta seis capturas en El Poblado durante 2018 por extorsión. Hay un subregistro, por casos invisibles, porque muchas víctimas lo ven como algo “natural”.

Por Sebastián Aguirre Eastman / [email protected]

“Sin novedades en el turno” decía el volante con el que Carlos* se encontró debajo de la puerta un día de agosto de este año, al llegar en la mañana al restaurante de su propiedad en el sector de Lalinde.

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Era el “informe de supervisión” marcado con el número 0422 de la empresa Servig Antioquia. Esta no apareció en los registros de la Superintendencia de Vigilancia que fueron consultados por Vivir en El Poblado. El listado de las compañías autorizadas tenía fecha de corte el 5 de octubre de 2018.

Al llamar en dos ocasiones al número telefónico que aparece en un perfil de Facebook de la supuesta empresa de vigilancia no hubo respuesta (las llamadas se hicieron el lunes 10 de diciembre a las 11:48 de la mañana y las 2:31 de la tarde).

El supervisor firmó como Gabriel Arredondo, y en su informe reportó un “S/N” (sin novedad) en la revisión de los exteriores, los pisos, las zonas húmedas, los vidrios, los jardines y los parqueaderos del restaurante.

“Hace dos meses comenzamos a ver a algunos vigilantes informales haciendo rondas por la zona. Luego llegaron esos informes de supervisión y después recibí la visita de dos de ellos en el restaurante. Era gente con mala presencia, intimidantes al hablar, su uniforme era descolorido. Uno de ellos dijo ser un policía retirado. Les dije que yo no había contratado a nadie, pero me respondieron de forma grosera, instándome a pagar y me pidieron 65 mil pesos semanales por la vigilancia. Me negué a darles ese dinero”, dice Carlos.

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La situación ameritó una reunión entre los comerciantes del barrio con la Policía de El Poblado, que reforzó la presencia de uniformados y el patrullaje por la zona y obligó al retiro de allí de los vigilantes informales, los conocidos “de toda la vida” y los recién llegados.

Carlos, quien lleva más de dos décadas en la zona, comenta que no es la primera vez que esto ocurre. Él mismo, hace unos años, pagó en un par de ocasiones una cuota que le pidieron algunos vigilantes informales, pero desistió de hacerlo para no convertir en “normal” la práctica. Así mismo, invitó a sus colegas del sector a que no se sumaran porque si lo hacían una vez, “luego se podía volver en algo peor”.

Las modalidades más comunes

El Código Penal establece que una extorsión se configura cuando hay una exigencia, la cual no necesariamente está ligada a asuntos económicos, y una amenaza.

Las dos principales modalidades que existen, de acuerdo con el subcomandante del Gaula metropolitano, capitán Harvey Lozano, son la extorsión de menor cuantía, que es cuando a la víctima se le hace alguna exigencia y a cambio se le pide un dinero, incluso desde 500 pesos en adelante; y la extorsión desde centros penitenciarios, en la que en ocasiones los delincuentes utilizan historias inventadas para hacer caer a sus víctimas, por ejemplo sobre familiares accidentados o metidos en problemas penales, y les piden un auxilio económico que, en ocasiones, estas terminan entregando al creer en la información falsa.

El otro discurso de los delincuentes es que pertenecen a organizaciones armadas al margen de la ley, con lo cual generan temores en quienes contestan sus llamadas, quienes ante la amenaza latente prefieren hacer caso a la exigencia y no denunciar, por miedo a posibles represalias.

Sin embargo, han aparecido en los últimos años modalidades adicionales, como la ciberextorsión, en la que los delincuentes ya no piden dinero sino monedas virtuales tipo bitcoin, y el sexing, o extorsión con fotos o videos que pueden dejar expuesta la intimidad de las personas.

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En El Poblado, resalta el subcomandante del Gaula, una de las situaciones más comunes se ha presentado con la vigilancia informal, con hechos similares a los que mencionamos al comienzo de este artículo, en los que a cambio de la supuesta protección de sus bienes, los comerciantes son “invitados” a pagar una cuota a empresas que no están autorizadas por el ente competente.

No se ponen de acuerdo en las cifras

La Secretaría de Seguridad de Medellín y el Gaula manejan cifras distintas respecto a los casos denunciados y atendidos de extorsión en El Poblado entre enero y noviembre de 2018.

La Secretaría reportó 21 casos, citando como fuente a la Sijín de la Policía. En el mismo periodo de 2017 contabilizó 31 extorsiones denunciadas.

El capitán Harvey Lozano, del Gaula, dijo que su entidad registra 19 casos en la comuna 14 frente a 25 de 2017, con seis capturas, todas por delincuencia común, en flagrancia, y mediante la modalidad de contacto directo con la víctima. La mayoría fueron hechas a comerciantes.

La disparidad, explicó un vocero de la Secretaría de Seguridad, se puede explicar por el canal en que se haya hecho la denuncia.

En total, el Gaula ha efectuado 285 capturas por este delito en el área metropolitana del Valle de Aburrá, de ellas en 254 los delincuentes fueron a prisión. El Código Penal, según el capitán Lozano, establece penas de mínimo 13 años para quienes extorsionen.

De todos modos, según las autoridades, en este punto hay un subregistro, pues como afirma el capitán Lozano, la gente prefiere no denunciar porque en ocasiones “se vuelve costumbre”, y lo asimila como parte de sus gastos diarios. En otras palabras, lo ven como algo “natural” y con lo que pueden convivir.

*Nombres cambiados para proteger la seguridad de las fuentes.

 

Extorsión en los semáforos

Por la calle 7 con la carrera 39, cerca al parque Lleras, Juan* se gana la vida haciendo malabares para recibir alguna moneda de los conductores. Al ser abordado por Vivir en El Poblado, comentó que hace algunos años “dos tipos en una moto” le pedían 10 mil pesos semanales para poder instalarse allí. Fueron pocas más las ocasiones en que le hicieron esa exigencia y celebra que ahora no lo molesten más, señaló.

 

Los canales para denunciar

Las autoridades tienen habilitados los siguientes canales en caso de que usted sea víctima de una extorsión. ∙ La Línea 165 del Gaula (en promedio recibe cinco llamadas al día para denunciar extorsiones, cifra que se incrementa a siete y hasta diez comunicaciones diarias en diciembre). Por medio de este canal el denunciante recibe el asesoramiento de funcionarios de la entidad las 24 horas, cualquier día de la semana, y sin costo. ∙ El reporte se hace de manera anónima, y en él la persona debe describir en detalle lo ocurrido para poder tomar las medidas correspondientes. ∙ Plataforma en línea A Denunciar (adenunciar.policia.gov.co), que fue presentada hace dos semanas por el fiscal General, Néstor Humberto Martínez, con posibilidad de hacer denuncias de siete delitos, entre ellos la extorsión, y en la que se puede hacer el mismo procedimiento que en una llamada telefónica, con toda la validez legal para iniciar una noticia criminal. De manera personal en la sede del Gaula, carrera 51 # 14-259, sector de Guayabal, donde funcionarios de la entidad, expertos en investigación antiextorsiva, tomarán nota de la denuncia para hacer las averiguaciones pertinentes.

 

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