Escuchemos desde el centro de nuestro corazón

- Publicidad -
   
  Por: Carolina Zuleta Maya  
  Aunque el momento que estamos viviendo es fascinante por la velocidad con la que innovamos, porque existen posibilidades infinitas de ser lo que queremos, porque podemos atravesar el mundo en pocas horas, esta velocidad nos está quitando algo que realmente es importante para nosotros: el tiempo para conectarnos con otras personas.
Hoy en día llegamos al trabajo y sobre el escritorio ya hay una pila de papeles para leer, prendemos el computador y hemos recibido cientos de correos electrónicos, miramos nuestra agenda y no tenemos ni un espacio para almorzar pues a esa misma hora tenemos una reunión. En la noche llegamos a la casa y encontramos una serie de asuntos que se convierten en distracciones. Nos hemos convertido en maestros de hacer múltiples cosas al mismo tiempo: cenamos y leemos, navegamos en Internet con la TV encendida, etcétera. Y entre este afán por crear, ejecutar y terminar, no tenemos tiempo para conectarnos con las personas que nos rodean.
¿Qué tanto sabes lo que está pasando en el corazón o en la cabeza de tu pareja, de tus hijos, de tus padres, de las personas con las que trabajas? ¿Qué tanto estás escuchando y no simplemente esperando que la otra persona termine para poder decir lo que piensas? ¿Cuántas conversaciones con respecto a un tema empiezas y realmente terminas?
Según Brené Brown, Ph.D, profesora de la Universidad de Houston y autora del libro “Los Regalos de la Imperfección”, la fuente del sentido y del significado de nuestra vida es la conexión que tenemos con otras personas. Brené Brown define conexión como la energía que existe entre personas cuando son vistas, escuchadas y valoradas; cuando pueden dar y recibir sin ser juzgadas y cuando derivan su sustento y fuerza de la relación con otra persona.
La mejor manera para conectarte con otros es escuchándolos. Los doctores Ronald Hulnick y Mary R. Hulnick proponen una técnica para crear relaciones más profundas y significativas. Se llama Escuchar desde el centro de tu corazón. Ellos explican que hay cuatro niveles en una comunicación: el primero es el mensaje en sí mismo, el contenido de lo que se habla; el segundo es la manera o el tono con el que se comunica; el tercero es la persona que lo está diciendo y el cuarto es el significado detrás de lo que se está diciendo. Escuchar desde el centro de tu corazón es darle tu completa atención a los cuatros aspectos de la conversación, no para luego recitar lo que la otra persona dijo sino para entender con claridad lo que está sintiendo o viviendo, que al final puedas saber el significado de lo que te dijo. En otras palabras, que hayas logrado conectarte.
De ahora en adelante pon la intención de escuchar desde el centro de tu corazón cada conversación que tengas, por más insignificante que parezca. Observa qué sucede cuando te conectas con las personas que te rodean y piensa en cómo te sientes cuando te escuchan.

[email protected]

 
- Publicidad -