El Poblado tiene sus propios fantasmas

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Coincidencialmente detrás del Hotel Park 10 quedaba un pequeño puente del lote de los Lalinde que también ha registrado historias de apariciones. Una de las recordadas es una procesión de monjas que parecían flotar o deslizarse en lugar de caminar.
Pero uno de los mitos más cercanos en tiempo es del hachero que recorría todo el departamento después de asesinar nueve personas de su familia en La Aguacatala. Decían que una vez muerto caminaba de espaldas penando, así que mientras más andaba más se alejaba de la ciudad. Según quienes recuerdan la historia, al asesinato sobrevivió un niño que alcanzó a esconderse debajo de una cama.

Se dice también que existía el espanto de La Asomadera, que no era uno sino dos hombres que llevaban en camilla de guaduas un muerto hacia El Poblado y Envigado y al andar sonaban unas campanillas que advertían su paso para que nadie se interpusiera en el camino. Al mito se añadieron variaciones y versiones de los hechos pero como testigo de las características del pueblo antioqueño, el fantasma resultó ser un par de contrabandistas que llevaban de un extremo a otro de Medellín botellas llenas de aguardiente.

 
 
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