El dolor por la muerte de una mascota

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El dolor por la muerte de una mascota puede ser incluso más fuerte que la de un ser humano, por la carga afectiva.

Claves para afrontar la pérdida de una mascota

A Óscar Darío Díaz se le notaba tanto la tristeza por la muerte de su perra, hace tres años, que sin que él lo hubiera pedido, en su trabajo le dieron una licencia para que afrontara esa pérdida en la tranquilidad de su hogar.

Este psicólogo, quien labora para la empresa Funeral Pet, especializada en servicios exequiales para mascotas y acompañamiento para sus familias, señala que la carga afectiva que lo vinculaba con el animal era tan fuerte, que el duelo tuvo unos pasos comunes y similares a la pérdida de un ser querido, y así lo expresó en una charla con Vivir en El Poblado.

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“Al tener las mascotas un ciclo de vida tan corto, a los dueños nos toca vivir los procesos continuos de crecimiento, desarrollo y muerte, por eso cuando un ser de estos fallece, el dolor es de alto impacto”, comenta Díaz.

Este sentimiento se incrementa en ciudades grandes, como Medellín, donde el aislamiento social de algunas personas es más frecuente por las distancias y los tiempos, y entonces el rol de los animales de compañía suple ciertos vacíos y necesidades de socialización del ser humano.

¿Cómo sentirnos?

El psicólogo les sugiere a los dueños de las mascotas que se permitan exteriorizar sus emociones cuando la muerte ocurra, esto sin causarle daño a nadie a su alrededor.
Es válido llorar, sentirse irritable, impotente. Puede haber sentimientos de negación y de culpabilidad, cuando la vida se va, pero de igual modo hay que entender que es imposible frenar la muerte. Todo lo anterior se puede presentar, incluso, de forma tardía, días después del fallecimiento.

 

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¿Qué pasa cuando la muerte es provocada?

El uso de medicamentos para practicar la eutanasia está permitido para perros y gatos por alguna enfermedad o por cuestiones de edad. Este procedimiento puede ser doloroso para los amos, pues no es muy grato provocarle la muerte a un ser querido, pero Óscar Díaz afirma que así como al animal se le dio calidad de vida, también hay que darle “calidad de ida”.

“Los veterinarios están formados para salvar vidas con ética en su trabajo, y cuando ofrecen la opción de la eutanasia es porque ya agotaron todos los recursos médicos”, expresa.

En estos casos, Díaz sugiere dejar a un lado el egoísmo y el apego, ese que nos lleva a querer que la mascota esté con nosotros así esté mal y sufriendo. “El animal siempre va a querer corresponder ese amor y a sobreponerse a su dolor con tal de verlo feliz a uno. Puede estar lleno de tumores, pero va a volear la cola o pararse a saludar así le duela”.

Los rituales de despedida

En la actualidad, diversas empresas ofrecen rituales de despedida para las mascotas, como funerales, entierros, entre otros.

Óscar Díaz es partidario de estas prácticas, y discrepa de quienes puedan pensar que es humanizar a los animales.

“Es un ser vivo al que vamos a extrañar. El ritual es el arte de sanar el dueño, de que quede un recuerdo bonito. El duelo es un regalo para los que estamos vivos, para retomar la existencia por medio de un momento puntual, pero a su vez de un recuerdo bonito”, dice.

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