Belén, entre el pasado y la modernidad (editorial)

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Si alguien quiere recordar o formarse una idea de cómo transcurría la vida en Medellín cuando aún era un pueblo grande, le basta con recorrer el parque principal de Belén y sus alrededores. Verá a los jubilados jugando dominó, tirando cartas, conversando en las bancas, alimentando las palomas. Verá a los niños salir de la escuela contigua a la iglesia entre saltos y gritos eufóricos, y corretear a un pastor alemán de patas cortas en medio de carros de crispetas, mangos y solteritas. A la par, observará a decenas de comadres sentadas en los pequeños muros del parque, desatrasándose de historias recientes o rumiando las de siempre, y caerá en la tentación de aprovisionarse en las carretas de mandarinas, tomates, papayas y aguacates, con precios que también parecen del pasado. En las cuadras de alrededor sentirá el olor a finca, a cuido, a tiendas de abarrotes, legumbrerías y carnicerías. A la hora del algo se le hará agua la boca con el aroma a pandebonos, pandequesos y pasteles de gloria recién horneados, los mismos que se venden como pan caliente.

A pocos metros, por la 30, verá pasar el metroplús, y con solo cruzar la calle, disfrutará la vida sin afanes que corre en tradicionales tiendas mixtas, fondas y cafés, como El Yucal, el Club de los Tranquilos y Bonanza, donde el tinto envenenado con brandy es el mejor combustible de las tertulias vespertinas.

Ni la ola urbanizadora ni la fiebre comercial que transformó, por ejemplo, la residencial 76 en una avenida plena de locales, han logrado destruir ese sentido de comunidad que prima en algunos entornos de Belén: las vecinas todavía se pasan entre ellas los platos cocinados en el día, el barrio todo se encuentra en las exequias de alguno de los parroquianos y casi todos se saludan por el nombre.

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Si embargo, como sucede en otras comunas, en la extensa y poblada Belén también subsiste la heterogeneidad y no es ajena a la inseguridad que causan fenómenos como el microtráfico de drogas, los combos y las bandas delincuenciales, así como al deterioro del medio ambiente, ocasionado por la continua urbanización, el aumento del parque automotor y la indisciplina social. 


El reto, más ahora frente al nuevo POT, es proteger ese valioso aire barrial que aún persiste en esta comuna que, entre imágenes del pasado y el presente, nos habla de la pertinencia de progresar, desarrollar y urbanizar, pero sin deshumanizar.


Ubicación
La comuna 16 (Belén), está situada al suroccidente de Medellín. Limita al norte con la comuna 11 (Laureles-Estadio), al oriente con la comuna 15 (Guayabal) y al suroccidente con el corregimiento Altavista. Extensión: 883 hectáreas.

Barrios
Belén tiene 21 barrios: Fátima, La Mota, Las Violetas, Rosales, El Rincón, Las Mercedes, Belén Parque, Loma de Los Bernal, Nueva Villa del Aburrá, Granada, La Gloria, Miravalle, San Bernardo, Altavista, Nogal – Los Almendros, Las Playas, La Palma, Nutibara, Diego Echavarría, Los Alpes y La Hondonada.

Viviendas
En Belén hay 70.789 viviendas, de las cuales 26.075 están en el estrato 3; 16.942 en el estrato 4; 14.564 en estrato 5; 11.930 en estrato 2, y 1.278 en estrato 1.

Población y edades
Según la Encuesta de Calidad de Vida Medellín 2013, en la comuna 16 habitan 195.588 personas, de las cuales 105.966 son mujeres y 89.622 son hombres. De 0 a 14 años tienen 28.821 personas; de 15 a 24, 29.240; de 25 a 34, 30.804; de 35 a 44 años, 24.156; de 45 a 64, 60.298; de 65 años o más, 22.269.

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Niveles de educación:
Media: 51.092 • Primaria: 36.848 • Universitaria: 33.209 • Ninguno: 18.761 • Preescolar: 15.043 • Secundaria: 12.209 • Técnica: 11.516 • Tecnológica: 10.849 • Especialización: 4.791 • Maestría: 983 • Doctorado: 287

Seguridad:
De acuerdo con el Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia (Sisc), entre enero 25 y julio 25 de 2015 hubo 14 homicidios en Belén, seis menos que en igual periodo de 2014, trece menos que en 2013 y 29 menos que en 2012. Entre tanto, los días sin homicidios aumentaron este año a 168, frente a 162 en 2014, 158 en 2013 y 149 en 2012. Los hurtos de carros se incrementaron de 56 en 2014 a 58 en 2015, pero disminuyeron con respecto a 2013 (134) y 2012 (164). Belén tiene 25 cuadrantes de Policía y 57 cámaras de videovigilancia instaladas.

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