Dreamsheep, allí donde habitan las ovejas

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Ocho minutos tiene el corto dirigido por Lulú Vieira Maya, que nació como su proyecto de grado de la maestría de ficción de cine y TV en Barcelona. Estará en las salas de cine del país.

Por: Claudia Arias Villegas

¿Qué pasaría si una oveja se escapa de los sueños de una niña? Esta fue la pregunta que se hizo Lulú Vieira Maya para iniciar con un trabajo académico, que cuatro años después es una realidad. Empezó a desarrollar la idea con preguntas como “¿dónde habitan las ovejas que contamos antes de dormir?, ¿brincan y ahí se produce el impulso de contar para inducir el sueño?, y si no están y no las contamos, ¿dejamos de dormir?”.

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Lulú creció en Cantoalegre junto a su mamá Tita Maya, y tras graduarse de comunicación social hizo su práctica en Discovery Kids Miami. Regresó a Medellín a montar el área audiovisual de Cantoalegre y su empresa Vueltacanela –que les crea contenidos a distintas marcas–, así que fue natural para ella concebir un contenido para niños. Era, además, la oportunidad para hacer una propuesta personal desde cero.

Lo imaginó como un corto, pero su profesor la animó a llevarlo a largometraje. Fue duro, “me sacó canas, lágrimas”, dice, pero valió la pena, pues en el camino se enamoró de Emma, la niña de 6 años que termina entablando una amistad con la oveja que se escapa de su sueño y asumiendo las consecuencias: esto es lo que nos cuenta Dreamsheep. El trabajo salió adelante, Lulú se graduó y al regresar a Colombia seguía enamorada de la historia.

Del papel a la pantalla

En 2017 Proimágenes y el Fondo de Desarrollo Cinematográfico –FDC– abren por primera vez la categoría “realización de un cortometraje infantil” en su convocatoria para recibir estímulos de creación, y como Lulú seguía pensando en Emma y su oveja, aprovechó la oportunidad. Lo primero fue condensar lo que finalmente había quedado como largometraje, en un corto, un reto interesante que le permitía centrarse en su idea inicial; ganó y en 2018 empezó la aventura de la producción.

Dreamsheep
Sebastián Zuleta, compositor de la banda sonora, junto a Raquel. Foto de la derecha cortesía Sebastián Zuleta

Lulú decidió sumar al proyecto a dos amigos con quienes ya había trabajado y cuyo talento siempre ha admirado. Entraron en escena –como socios– la ilustradora Amalia Restrepo y Sebastián Zuleta, compositor, productor y editor musical. Un reto para ambos, pues Amalia no había trabajado en producción audiovisual y Sebastián, aunque ha participado en la creación de bandas sonoras, estaba ante la posibilidad de componer de cero su propia obra.

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Este es el punto en el que se toman las decisiones estéticas fundamentales: la línea gráfica, la paleta de colores, la música, los diálogos… y justamente aquí se dio una de las más arriesgadas, pero, a la vez, acertada desde los ojos de la directora: hacerla muda, pues buscaban algo más artístico y sutil.

“Resolver el corto sin hablar fue exigente, así, desde el principio, ya con el guión aprobado, nos sentamos a definir la estética sonora y Sebastián inició a componer desde allí, desde los rayones de Amalia, entonces cuando se empezó el proceso de animación, era la música la que guiaba, lo cual no es usual”, explica Lulú.

El siguiente sueño, que no estaba ni siquiera considerado, fue grabar la banda sonora con la Orquesta Filarmónica de Medellín, uno de los momentos más emotivos para el equipo. Al cierre de esta edición Lulú había viajado a Los Ángeles para los últimos temas de edición de sonido, lo que sigue es hacer la ronda en festivales y esperar a llegar a las salas de cine del país en el segundo semestre o en 2020.

Y seguirán teniendo sueños como Emma tras llevar de regreso a la oveja a su mundo; ellos imaginan hacer el largometraje, la serie animada, material didáctico, el peluche y, en fin. Todo parece posible ahora que Dreamsheep ha cobrado vida y que el país de los sueños está completo.

Una oportunidad única

“Poder escribir música para un proyecto como éste es algo único, un sueño hecho realidad para mí; más porque la música en este corto es muy importante pues va contando la historia. También haber podido grabar con la Orquesta Filarmónica de Medellín es increíble, además de volver a mi ciudad y vivir esto con amigos como Lulú, con quien crecí cantando y tocando música”. Sebastián Zuleta, compositor musical

“Imaginar mundos nuevos, el de Emma y el de las ovejas, con libertad completa para pensar este universo que se mueve entre la realidad y la magia, fue increíble, y creo que de la mano de Lulú logramos un mundo muy especial. Usamos colores poco convencionales en una exploración gratificante y ver el resultado, los dibujos animados -el trabajo con los animadores-, es maravilloso; fue un proceso duro, de mucho trabajo, pero ver a estos seres cobrar vida, es especial”. Amalia Restrepo, ilustradora.

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