Despedida para un gran hombre

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Despedida para un gran hombre
El destacado dirigente público y empresarial Ignacio Vélez Escobar dejó un legado de importantes logros profesionales que aún hoy afectan positivamente la vida de miles de personas en Antioquia

 El fallecimiento de Ignacio Vélez Escobar el pasado domingo 20 de noviembre ha puesto en perspectiva la calidad del tradicional liderazgo antioqueño, pues él lo encarnó con lujo de detalles en todos los cargos de responsabilidad que desempeñó tanto en el sector público como en el privado.
Muchos de sus principales logros siguen siendo emblemáticos aún hoy, décadas después de su paso por la Gobernación de Antoquia, la rectoría de la Universidad de Antioquia o la Alcaldía de Medellín. Ni la ciudad ni la región se entienden hoy sin la Clínica SOMA, sin la Ciudad Universitaria, o sin el Instituto para el Desarrollo de Antioquia.
Estos tres ejemplos, los más conocidos de una larga lista de logros personales y profesionales, dan cuenta de la visión y el liderazgo de Ignacio Vélez Escobar y ayudan a entender porqué ha sido tan lamentado su fallecimiento.
Formado a la vieja usanza, se graduó de bachillerato en el Colegio San Ignacio en 1934 y de medicina en la Universidad de Antioquia en 1942. Viajó a Estados Unidos, donde se especializó en gastroenterología, y regresó al país en 1945. Dueño de una destacada trayectoria profesional -había sido docente, decano, miembro de la academia de medicina, rector de la Universidad y empresario exitoso- decidió dedicarse al servicio público después de asistir a un congreso médico en México en 1961 donde conoció a un exiliado cubano quien le expuso sus puntos de vista sobre la obligatoriedad de que los dirigentes del sector privado se vincularan a la gestión del Estado, a pesar de los bajos salarios y de la corrupción imperante, para evitar que pasaran cosas como lo sucedido en su país con la dictadura comunista.
Ignacio Vélez Escobar aceptó el reto y trajo el mensaje a la clase dirigente de Antioquia. Sus palabras tuvieron rápida e inesperada resonancia. El entonces Presidente de Colombia, Alberto Lleras Camargo, lo nombró Gobernador de Antioquia. Desde ese cargo inició una fructífera trayectoria política de la que aún se viven consecuencias positivas en nuestra región.
El doctor Vélez, retirado de la vida pública desde 1991, ejerció siempre un modelo de liderazgo propositivo, advertido en el momento de su fallecimiento por amplios sectores de la sociedad antioqueña y colombiana. El reconocimiento de la Gobernación de Antioquia “a la probidad de sus actos y a la brillantez de sus ideas” es testimonio de un accionar político y empresarial digno de emular por los dirigentes actuales y por venir.
Paz en su tumba.

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