Buscando la solución en el lugar equivocado

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¿Cómo puedo utilizar lo que ya tengo para solucionar mis problemas o alcanzar mis metas?

/ Carolina Zuleta

En los años 70, Bangladés fue declarado como el segundo país más pobre del mundo por las Naciones Unidas. Pronto, empezó a recibir auxilios financieros de recursos extranjeros y en poco tiempo se volvió dependiente de esa ayuda, casi en un cien por ciento. Esto impactó directamente a la población que empezó a creer, y pronto estuvo convencida, de que su caso no tenía esperanza y que tendrían que estar subordinados a la ayuda externa por el resto de sus vidas. Los bangladesís habían perdido el poder personal y estaban seguros de que no tenían la capacidad para cambiar su situación.

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En los 90, The Hunger Project (El proyecto del hambre), una organización sin ánimo de lucro, cuya misión es erradicar el hambre en el mundo, llegó a Bangladés para ver cómo podía ayudar. Allí, ofrecieron unos talleres llamados Visión, Compromiso y Acción. En ellos reunían a cientos, incluso miles, de personas para empezar a visualizar cómo Bangladés podría ser una país auto-sostenible. Después creaban planes realistas y se comprometían a ejecutarlos.

Un día, Zilu, un hombre de la ciudad de Sylhed, atendió a uno de estos encuentros. La visualización tuvo un impacto muy grande en él pues le permitió ver su situación actual, no a través de los ojos de la escasez, sino a través de los ojos de la abundancia. Se preguntó cómo podrían él y sus amigos utilizar lo que ya tenían para salir de la pobreza.

Al regresar a Sylhed, Zilu compartió lo aprendido en el taller con seis de sus amigos. Juntos crearon un plan para desarrollar un agro-negocio que podría sacar a su población de la pobreza. Cerca de su ciudad había una reserva natural del Estado que estaba cubierta de plantas venenosas. Ellos pidieron permiso para limpiar una parte de esta tierra y empezar a cultivarla; el gobierno aceptó. Luego le pidieron dinero a amigos, familiares y vecinos para comprar las herramientas necesarias para cultivar la tierra. Aunque tenían muy poco, las personas creyeron en su visión y contribuyeron a su proyecto. Después enseñaron el taller a 600 personas, que se comprometieron con el programa y empezaron a trabajar. El proyecto fue un éxito y las 18,000 personas que vivían en Sylhed y sus zonas cercanas se vieron positivamente afectadas. El crimen disminuyó en un 70 por ciento y esta ciudad, que había estado consumida por la pobreza, empezó a tener un crecimiento económico significativo.

La enseñanza de esta conmovedora historia es que todos ya tenemos lo que necesitamos para transformar nuestras vidas y nuestra sociedad. La mayoría, sin embargo, buscamos la solución afuera de nosotros mismos, en lo que no tenemos control. Hoy te invito a que cambies esa mentalidad y te preguntes, ¿cómo puedo utilizar lo que ya tengo para solucionar mis problemas o alcanzar mis metas?
*Esta historia es de la vida real, aparece en el libro El alma del dinero, escrito por Lynne Twist.
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