Barrio El Poblado

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Barrio El Poblado: Versiones históricas apoyadas incluso en un monumento construido en el parque principal en 1966 por el Concejo Municipal afirmaron por mucho tiempo que esta parte central de lo que hoy se conoce como la Comuna 14 de El Poblado fue el origen de Medellín.

Pero realmente lo que aquí sucedió, según un informe de la Academia Antioqueña de Historia, fue la fundación de un resguardo de indígenas denominado El Poblado de San Lorenzo, el 2 de marzo de 1616 por Francisco Herrera Campuzano. La fundación de Medellín fue el 2 de noviembre de 1675 en el Sitio de Aná, a una legua de distancia de El Poblado.

Un nuevo monumento de la escultora Luz María Piedrahíta, contratado por la Secretaría de Educación, lo reafirma.

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“El sitio donde se ha de hacer la población ha de ser el más cumplido que se pudiere y sano, que fácilmente se pueda entrar a pie y a caballo, de buenas aguas y fértil… Y sea el suelo y sitio conforme a la cantidad de la gente, y número que se ha de juntar conforme a la calidad y disposición de la tierra”, decían las normas de urbanización de Herrera Campuzano, respetadas hasta finales del siglo diecinueve, según el libro del Presbítero Javier Piedrahíta E., “Del Poblado de San Lorenzo a la Parroquia del Poblado”.

El Poblado a secas

En 1720 El Poblado perdería el nombre de San Lorenzo con la caída de su templo, pues las autoridades decidieron reconstruirlo en los terrenos hoy correspondientes a la Oriental con Ayacucho, en 1800. Y con templo nuevo, en ese sector se creó un barrio al cual se le denominó San Lorenzo.

Según los datos de Piedrahíta Echeverri, El Poblado sólo recuperaría su capilla 125 años más tarde, luego de que un vecino llamado Eusebio Restrepo solicitara a las autoridades eclesiásticas el traslado de la capilla de San Blas -se le había dado orden de demolición y clausura- a El Poblado. Se reconstruyó y se le identificó como la de San José.

La Parroquia de El Poblado

Por el número de habitantes del sector -1.926, según el censo de 1871- y la distancia con relación a la parroquia de Medellín -más de una legua-, entre otros motivos, un grupo de vecinos solicitaron que se erigiera a El Poblado como parroquia. La iglesia de San José ya tenía más de veinte años.

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Pese a las voces encontradas de los habitantes, las autoridades dieron el sí el 1 de diciembre de 1876. La historia recuerda la posición a favor del Presbítero José María Gómez: “Tiempo ha que debió levantarse en El Poblado un monumento que recordara a los vecinos de todo este valle el hecho histórico de que fue allí precisamente en donde se predicó a los salvajes, sus habitantes, por primera vez el santo nombre del único Dios verdadero y en donde se hiciera conocer la religión del crucificado”.

De las fincas a El Poblado de hoy

Con sitios actuales, ese pequeño poblado estaba delimitado por el edificio Ovni, por el oriente; por el marco de la plaza, por el occidente; por el cementerio, por el norte, y por la calle 9, por el sur.

En sus alrededores se extendían casonas dedicadas a la vivienda, la ganadería y el recreo. De las de los últimos cien años se recuerdan la de los Gómez Martínez -hacia el Barrio Lleras-, la de don Manuel María Escobar -hoy el Palermo- o La Aurora de los Londoño Restrepo, la cual aún permanece ubicada al fondo de la carrera 38.

Otros sitios de la época fueron la casa de Antonio Vélez -hoy El Portal- o el Convento de las Carmelitas -Terracota.

Y llegó la Zona Rosa

Otro de los pasajes importantes de la historia del barrio es la transformación de algunas de las viejas casas en establecimientos comerciales hacia los años 90.

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Luego el horario de funcionamiento del sector se amplió hasta la madrugada con la apertura de los establecimientos de la rumba y se creó la Zona Rosa.

La primera piedra de lo que hoy es uno de los sectores de entretenimiento más frecuentados en Medellín la puso el Blue Rock, negocio ideado en julio de 1992 por Jorge Cano, Carlos Uribe y Felipe Gómez e instalado en la casa que fuera de Pepa y Pachito Mesa.

Meses después, a su lado se abrieron Entropía, Berlín, La Cantina y Bóxer.

En la actualidad no existen datos exactos sobre el número de los establecimientos comerciales asentados en el barrio. El Cerca de El Poblado y la Inspección dicen que no lo conocen y la Cámara de Comercio de Medellín ofrece uno con un par de advertencias: A pesar de que continúan funcionando, muchos locales no han renovado su registro mercantil en los dos últimos años y otros tantos, como son sucursales, no aparecen como si fueran de aquí.

En todo caso, en este momento funcionan en el barrio y sus alrededores cerca de 1.100 establecimientos.


La Presidenta

“Muchas de esas tardes las pasábamos subidos en los árboles de pomo de La Presidenta, comiendo sus frutos que conseguíamos sacudiendo las ramas… Era todo un festín de dulce que pronto causaba el hastío.

… Los pomos eran los árboles tutelares de las quebradas del barrio y se decía que la semilla había sido traída de la India por el señor que tenía la finca Provenza…”: Fragmento de Vacaciones con Mara, un cuento de Sergio Salas R. participante del primer concurso literario La Historia de mi Quebrada, organizado por el Instituto Mi Río.

“Es una historia que siempre quise contar. Pasé muchos ratos en la quebrada y le tengo mucho cariño”, dice Sergio, nacido en Provenza y ganador del tercer premio.

En Vacaciones con Mara se cuenta de La Presidenta con sardinas y cangrejos, con abetos y aguacates; se habla de la quebrada que recorría lotes baldíos, hoy ocupados por decenas de viviendas.


El Palermo de San José

Otro de los vecinos del barrio de casi toda la vida es este colegio a cargo de las Hermanas Franciscanas Misioneras de María Auxiliadora y fundado el 17 de enero de 1943.

De esa época se recuerda a la madre Olivia Ols, la fundadora; a Antonio Henao, padre de la parroquia de San José, y a Ramón H. Londoño, quien donó los terrenos de su finca Palermo para la construcción.

En el predio conviven actualmente con un convento, con la clínica Santa María de Los Angeles y con el Instituto Nocturno San Francisco de Asís y sus 150 estudiantes.

Las primeras matrículas registraron a 148 alumnos: 41 niñas y 27 niños en infantil, 67 niñas en media y 13 en secundaria. Ahora, según el corte de diciembre de 1997, El Palermo ha graduado 2.479 estudiantes.

“Dar a las alumnas una sólida cultura moral, intelectual y física que las prepare para su futura posición social” es su orientación.

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