Aventura en progreso

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Reserva Natural Comunitaria Chorro del Hato, un lugar donde el deporte y la ecología son vías de desarrollo social y ambiental

Durante cuatroaños, el experimentado expedicionario antioqueño Juan Felipe Restrepo Mora recorrió el continente suramericano.

En dicho viaje, además de alcanzar las cimas de elevadas montañas, tuvo un valioso aprendizaje sobre la gestión y emprendimiento de proyectos ambientales, sociales y turísticos en torno a los deportes de aventura.

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En 2009, con el fin de materializar el conocimiento obtenido en esta larga travesía, Juan Felipe creó Psiconáutica, agencia de aventura y operador turístico que trabaja de manera transversal en la construcción de tejido social, a través de iniciativas que involucran actividades a campo abierto (montañismo, parapentismo, cañonismo, arborismo y barranquismo), programas de formación turística y concientización ambiental, diseño de modelos de sostenibilidad comunitaria y gestión de destinos turísticos de naturaleza. Su área de acción es un lugar natural de una belleza y una riqueza ambiental notable: la Reserva Natural Comunitaria Chorro del Hato.

Naturaleza, vida y comunidad

La Reserva Natural Comunitaria Chorro del Hato comprende un grupo de veredas localizadas en San Félix, corregimiento de Bello. El corazón de la misma, está una altura de 3.200 metros sobre el nivel del mar, en uno de los ecosistemas más frágiles y atractivos para estudiosos de la biodiversidad y conservacionistas del patrimonio natural: el humedal de la Serranía de Las Baldías, cuyas aguas desembocan en el Río Medellín.

Del interés por conservar este espacio surge el proyecto Reserva Natural Comunitaria Chorro del Hato, una iniciativa comunitaria que hace parte del plan turístico del Municipio de Bello, y en la que Psiconáutica Agencia de Aventura & Operador Turístico, la cooperativa turística San Félix, la agencia Base Nube Parapente, el Estadero El Voladero, la Fundación Social, la Cámara de Comercio de Bello y la Universidad San Buenaventura han venido trabajando de manera asociativa para visibilizar las expectativas de una comunidad pujante, que busca apersonarse de la gestión turística y ambiental de su municipio.

“A través de nuestro documental queremos generar una conciencia activa, un testimonio honesto de la situación actual de la reserva, sus beneficios y problemáticas, pero sobre todo mostrarla como un espacio que invita a la intervención, al replanteamiento de su infraestructura, respetando las necesidades que hoy en día presenta este ecosistema”

Una imagen, más que mil palabras

Visualizar la reserva es la meta. Por eso Black Goat Films & El Hambre Cine, productora dedicada al desarrollo audiovisual del “outdoor” en Colombia, ha puesto en marcha un documental sobre esta reserva. El eje de la producción lo constituyen los deportes que se practican allí, mal llamados “extremos” (pues existe una gran variedad de opciones poco riesgosas tanto para niños como para adultos), el hilo conductor es el agua que nace en el humedal, y el escenario, la fauna y flora circundantes.

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El director es Mario Ruiz, quien con su primera producción, Wilke, un trabajo sobre la trayectoria de un gran referente de la escalada en Colombia, ganó el Gran Premio del Festival de Cine Reto 2014 de Medellín, y fue seleccionado para la competencia oficial en los festivales de Autrans (Francia) y Torelló (España).

“Somos conscientes de que estos espacios naturales periféricos de las grandes ciudades, corren el riesgo de ser malinterpretados, subvalorados o muchas veces marginados en términos de cuidado y gestión. A través de nuestro documental queremos generar una conciencia activa, un testimonio honesto de la situación actual de la reserva, sus beneficios y problemáticas, pero sobre todo mostrarla como un espacio que invita a la intervención, al replanteamiento de su infraestructura, respetando las necesidades que hoy en día presenta este ecosistema”, afirma Mario Ruiz.

Acerca de este documental, que se grabará en diciembre y que cuenta con el apoyo de Vivir en El Poblado, Juan Felipe Restrepo sostiene: “Buscamos visibilizar la problemática de la contaminación del agua y la destrucción de la cabecera de monte municipal de una manera diplomática. Es una invitación a que por medio de la gestión o el apoyo directo de la empresa privada, los estamentos públicos y organizaciones relacionadas, se consolide esta iniciativa que apunta al desarrollo de recursos perdurables y sostenibilidad comunitaria, como alternativa de convivencia y desarrollo social.”

 

 

 

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