Animales ruidosos

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  A las tres de la mañana comienza el concierto, dice Juan Guillermo Gárces, residente de San Lucas que no soporta más el ruido que hace un gallo que según él, no lo deja dormir. “Es un gallo del padre del convento, la bulla es impresionante y el eco se va por todo el barrio. Le hemos dicho que trabajamos y que tenemos que madrugar, incluso yo le he dicho que se lo compro pero nada ha sido posible”, dijo.
Como este caso, también sucede en centenares de hogares de la ciudad con perros que, sea por maltrato, abandono o por su misma naturaleza, ladran horas enteras torturando a vecinos de la copropiedad.

¿Quién los controla?
Sobre el asunto, la inspectora ambiental Mónica Jaramillo afirmó que deben reunir pruebas para saber si es un capricho de quien se queja o trasladar al animal a un veterinario si el caso lo amerita. También comentó que “tuvimos un caso similar de un gallo; pedimos que le construyeran una casita oscura y aislada para las noches y se solucionó el problema porque el gallo no sentía la presencia de otros animales y dejó de hacer bulla”.
La Inspección Ambiental no hace mediciones de ruido, sino que educa con actividades y si se descubre maltrato, se inicia un proceso con la Ordenanza 18 y la Ley de protección de animales. Sensibiliza antes de castigar.
Para tratar esta problemática y las demás que tienen que ver con las mascotas, Alfonso Álvarez, director ejecutivo de la Asociación de Propietarios, Arrendatarios y Administradores de Propiedad Horizontal (Asurbe), informó que “estamos diseñando con el centro de veterinaria de la Universidad CES y con el Área Metropolitana, capacitaciones, campañas y sensibilizaciones por sectores para manejar lo de las mascotas de manera integral. Para que se respete la fauna y sea un manejo responsable”.

 
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