¿Qué hacen sus hijos durante cinco horas diarias en Internet?

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El estudio de TigoUne y Eafit sobre niños y jóvenes y el uso de Internet arroja datos alarmantes para hacerles seguimiento, pero también presenta oportunidades educativas.

Por: Sebastián Aguirre Eastman

Una hora y 46 minutos es el tiempo promedio diario que los niños menores de nueve años están consumiendo Internet en Colombia. Esa tasa sube a cinco horas en la franja de diez a 16 años. En ese período, ¿los papás saben qué hacen los menores en la red?

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La preocupación aumenta al saber que de los 485 menores encuestados por los investigadores de TigoUne y la Universidad Eafit en Medellín, Bogotá, Barranquilla, Bucaramanga, Cartagena, Cali, Pereira y Manizales, el 75% manifestó navegar en Internet sin compañía y en una habitación privada.

El estudio fue efectuado por la empresa de telecomunicaciones como parte de su estrategia de Responsabilidad Social Empresarial y su presidente, Marcelo Cataldo, informó que la meta es entender el impacto que Internet está teniendo en nuestra sociedad y cómo darle un uso creativo y ponderado.

¿Prohibir? ¡Acompañar!

Además de entregar un diagnóstico, el estudio servirá para construir políticas públicas que protejan a los menores en Internet, pero basándose en evidencias y no en suposiciones, como sugirió la española Charo Sádaba, doctora en Comunicación y docente de la Universidad de Navarra, en su país.

Dijo la experta que hasta hace algunos años estas políticas públicas, en Colombia y en la mayoría de países, se hacían desde la intuición y no con datos reales como ahora podrá ocurrir con dicho estudio.

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“Internet ha modificado la percepción que tenemos de la realidad. Hoy, por ejemplo, percibimos diferente el valor del tiempo, si una búsqueda en Google se demora más de un segundo, nos volvemos impacientes, pero ese segundo sigue durando lo mismo, no ha cambiado ¿Cómo entendemos la realidad en la actualidad?”, se cuestionó Sádaba, e hizo énfasis en que esa realidad difiere de los adultos a los jóvenes. “Los mayores tenemos claro qué es el antes y qué el después; ellos nacieron con la tecnología ya instaurada en la sociedad, por tanto su experiencia de la realidad es distinta”.

La doctora comentó que en la actualidad los menores están expuestos a riesgos asociados al uso de Internet como trastornos de ansiedad (“si el Internet no les navega o no les conecta”) y de conductas alimenticias (“no comen por estar en Internet”), salto precoz a un espacio público (compartir datos personales, imágenes, comentarios), procrastinación (“dejar de hacer otras cosas por revisar redes sociales”), entre otros.

Para ello, Charo plantea que el enfoque debe darse no desde la prohibición -impedirles navegar-, sino desde un acompañamiento, en una respuesta educativa en conjunto por parte de los diferentes actores que rodean a los menores: padres, educadores, administración pública y empresas.

Ello debe darse desde tres ejes: amistad, afectividad e intimidad. “Un amigo no es lo que Facebook me diga. Nuestros hijos están creciendo con un concepto único de amistad y el reto es asegurarnos que hagan amigos de verdad, en la vida real”. Hacerles entender que hay cosas tan valiosas que es mejor no contarlas y menos compartirlas.

Sádaba agregó que a los menores deben dárseles pautas de prudencia, para no suministrar información sensible de ser usada en su contra; justicia, para respetar a los demás y evitar la infracción de normas como la piratería; fortaleza, para construir una personalidad real y no ficticia solo para fingir ser alguien más; y moderación, para navegar el tiempo necesario y justo.

El internet en los colegios

Una meta de TigoUne es trabajar entre 2018 y 2019 con cerca de 170 mil personas en 260 instituciones educativas, para fomentar el uso responsable y creativo de Internet, dijo su presidente Marcelo Cataldo.

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“Queremos introducir el Internet en las clases y los colegios, que los menores sepan darle un buen uso a esta herramienta, que entiendan todas sus potencialidades y que los educadores también asuman su rol de mediación parental activa y se generen actividades que aumenten su creatividad”, indicó.

En este sentido, la empresa de telecomunicaciones se ha unido con el Gobierno y las instituciones estatales para masificar estas buenas prácticas. La idea es sumar también a los competidores de su sector para garantizar que se protegerá la seguridad de los menores que hacen uso de Internet, sin importar cuál sea el prestador de servicio que estén utilizando.

Resultados para pensar, cuestionarse y actuar

¿Qué hacen en Internet?
• Trabajos del colegio: 97%
• Usar redes sociales: 84%
• Jugar: 78%
• Ver y descargar películas o videos: 72%
• Pasar tiempo en un mundo virtual: 47%

¿Qué dispositivos usan?
• Celular: 75%
• Tableta: 55%
• Portátil: 28%

¿En qué lugares navegan?
• Casa de un familiar: 81%
• Habitación privada: 75%
• Casa de un amigo: 69%
• Colegio: 42%

¿Qué comportamientos han tenido?
• He navegado porque no tenía más que hacer: 64%
• Me he sentido disgustado cuando no he podido conectarme: 49%
• He descuidado a mi familia por estar en Internet: 31%
• Me he quedado sin comer o dormir: 20%

¿Qué redes sociales usan?
• Facebook: 37%
• Whatsapp: 26%
• Messenger: 8%
• Instagram: 7%
• Youtube: 7%

¿Qué situaciones desagradables ha vivido?
Bullying:
• Víctima: 35%
• Victimario: 32%
Ciberbullying:
• Víctima: 12%
• Victimario 8%

¿Qué saben hacer en Internet para su seguridad?
• Bloquear personas: 79%
• Buscar información para usar
• Internet de forma segura: 57%
• Hacer ajustes de privacidad en redes sociales: 51%
• Bloquear publicidad o correos no deseados: 49%
• Ajustar la privacidad en el navegador: 38%

¿Quién los acompaña en el uso de Internet?
• Padres: 40%
• Profesores: 56%
• Pares (compañeros o amigos): 45%

 

La educación de los padres no solo es en el mundo análogo: presidente de TigoUne

¿Por qué TigoUne se interesó en hacer este estudio?
“Nuestro propósito y negocio es conectar cada vez a más colombianos y para eso trabajamos todos los días. Ahora, también sabemos que es una herramienta que ha transformado el mundo y nuestra forma de vivir. Como responsables de dar acceso a Internet a las familias no podemos negar nuestra responsabilidad de apoyar a los padres de familia a ayudar a sus hijos.

El Internet no es malo, tiene unos riesgos, pero también unas oportunidades. El estudio nos ha mostrado que cuanto más potenciamos las oportunidades en educación, entretenimiento, cosas positivas, los riesgos se mitigan”.

¿Se puede ligar este estudio con asuntos de ciberseguridad, para la protección de la información que alojamos en el mundo virtual?
“Con respecto a protección de menores, trabajamos con el Gobierno en el bloqueo de páginas donde hay imágenes sexuales o videos relacionados con sexo y niños. Tenemos registradas y bloqueadas 26 mil páginas y bloqueamos más de 14 millones de accesos a esas páginas todos los meses. Como compañía y como Gobierno inclusive hacemos la tarea, pero la tarea más importante es de los papás, porque la educación del papá hacia sus hijos no solo es en el mundo análogo sino en el virtual.
El desafío que tenemos los papás en el mundo virtual es que no tenemos todas las capacidades y los conocimientos para hacerlo, por eso dentro de nuestra estrategia de Responsabilidad Social Empresarial queremos capacitarlos para que puedan ayudar a sus hijos”.

La doctora Charo Sádaba dice que para los menores no existe el antes; por ello, para los padres es difícil hacerles saber que hay otras actividades que pueden hacer distintas a navegar en Internet, porque no les tocó el mundo sin la red. ¿Cómo afrontar esta realidad?
“En el caso de una necesidad o de buscar ayuda, solo el 40% acude a un papá, el 45% a un par y el 56% a un docente. Los papás tenemos una tarea de estar más cerca y de mediar proactivamente para poder ayudarles cuando tengan una necesidad en el mundo virtual”.

¿Cómo trabajarán en los colegios para masificar el uso creativo y responsable de Internet?
“Vamos a generar varias herramientas, guías pedagógicas, charlas educativas, enseñarles a los papás qué es un snapchat y otras redes que usan los jóvenes y lo vamos a hacer con nuestros propios empleados. El compromiso nuestro no es contratar a alguien para que lo haga y salir a decir ‘miren lo que estamos haciendo’. Más de 500 personas se han ofrecido como voluntarios para llevar adelante esta estrategia”.

 

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