Se acabó el primer año de Federico y no vimos mucho

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Es un balance frío, considerando, por supuesto, que el esquema de gobierno local es bien particular: un alcalde toma las riendas plenas de la ciudad a los seis meses de posesionarse, aunque queda elegido 60 días largos antes, y diseña a su manera el presupuesto solo para el segundo año de gestión
 
 
El alcance de la gestión de un alcalde parecería de lo más diverso y complejo, pero ubicado el contexto de la ciudad que rige es viable identificar lo urgente, lo importante, lo postergable.

Para el caso, de acuerdo con la encuesta de Medellín Cómo Vamos, el ciudadano valora como las tres prioridades locales salud, empleo y educación y, sin duda, seguridad, infraestructura y movilidad consiguen alta atención.

A Federico Gutiérrez se le terminó el 25% de su periodo y su balance de cierre ofrece una gestión que aún no muestra mucho, considerando que el esquema de gobierno local es bien particular: un alcalde apenas toma riendas plenas a los seis meses de posesionarse, tras la aprobación del plan de desarrollo, aunque queda elegido 60 días largos antes, y diseña el presupuesto a su manera solo para el segundo año de gestión.

En salud, una de las prioridades, hoy hay más pacientes atendidos en menores tiempos de espera y creció en cuatro puntos, a 56%, la satisfacción ciudadana. En desempleo la tasa local supera el promedio nacional, mientras que en educación las pruebas Saber11 presentan mejores notas.

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El Alcalde y su equipo se encontraron con el desastre de la Valorización. Anunciada por Aníbal Gaviria como la mayor inversión pública de la historia en El Poblado, pasó a ser una colección de fallas. Federico puso orden en Fonvalmed y también en los frentes de trabajo, pero se gastó un año y la paciencia del contribuyente se acaba, además con un efecto extendido a los dineros de ciudadanos de todo Medellín.

En movilidad está pasado de diagnósticos. Poco avanza de la tibieza de pedirles a los ciudadanos de vehículo particular que usen el transporte público (¿Han visto el caos diario del metro y de los buses desde las 5:30 p.m.?) y ante la desatención a esta propuesta y el bajo impacto de medidas como los carriles exclusivos, moverse es cada vez más desesperante. En integración del transporte ya se fue un año más y se consiguió nada.

En seguridad, el Alcalde dice que el incremento de delitos se explica justo por sus golpes contra la delincuencia y reporta mejorías (“entre octubre y noviembre los homicidios tuvieron una reducción del 18% y los hurtos, del 44%”); entretanto, el ciudadano no denuncia (4 de 10 víctimas reportan su caso a las autoridades), lo que constituiría subregistro; y el año arroja 10.085 atracos documentados. Ya un sector de la ciudadanía plantea la peligrosa salida de la justicia por propia mano, por impotencia y falta de credibilidad, lo que debe poner en alerta a la administración.

A Federico se le ha visto poco y eso que lo señalan de “pantallero” en las redes sociales; él explica su accionar como de cercanía a la gente. Pero, sin duda, no se logra en un año lo proyectado para cuatro y a la Alcaldía por supuesto que hay que darle otros márgenes para que despliegue su plan de desarrollo y ejecute un presupuesto que ya sí diseñó a su medida.

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