“Hay que educarse para el después”: Santiago Botero

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El campeón Mundial de contrarreloj dio claves sobre la preparación mental del deportista, la sociedad colombiana y los buenos recuerdos de su niñez

Sencillo, reflexivo y básico, así fue el Santiago Botero que habló con Vivir en El Poblado y que hoy sigue recorriendo el país contando sus vivencias.

¿A qué se dedica hoy?
“Tengo unas conferencias motivacionales de liderazgo hace 4 años. También participo de unos eventos que se llaman la Ruta Colombia Sura Celsia que lo busca es crear espacios para los ciclistas recreativos. También los comentarios que ya se conocen de competencias y hasta este año estuve vinculado como gerente del equipo Orgullo Paisa de ciclismo”.

¿Qué conserva Santiago de su niñez?
“Yo ni chiquito ni adolescente pensaba en ser ciclista, eso fue a los 18 años. Tengo el gusto de la independencia que me da montar en bicicleta. No el competir, sino montarme y salir con los amigos a interactuar con el ambiente y la ciudad”.

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¿El mayor aprendizaje que deja el ciclismo?
“El altruismo. Sacrificarse mucho por los otros y trabajar en equipo. Crea unos ídolos muy palpables y transparentes en cuanto a su esfuerzo. Ese sacrificio de levantarse de momentos difíciles en que todo se ve de una manera muy cruda: la sangre, el sudor, caerse y seguir, después de 21 días de carrera. Permite ver de una manera más transparente la dureza del deporte y hacer un paralelo con la vida”.

¿Qué le dejó usted al ciclismo colombiano?
“1. Llegar a Europa sin necesidad de ser netamente escalador: uno es susceptible de cambiar y nunca es tarde para adaptarse a las nuevas circunstancias. 2. Educación: entender que hay un después, casi todos solo piensan en retirarse y ya, conseguir la plata para vivir el resto de la vida, no única y exclusivamente siendo técnico de un equipo, que es a lo que se dedica la gran mayoría. 3. El no sentirse inferiores por ser colombianos: generar interioridad y condiciones por el hecho de venir de un ciclismo de Suramérica. Nosotros somos extranjeros en Europa, el italiano por el hecho de ser europeo, en España está en su casa”.

Concepto de familia
“Es pilar de todo. La que te hacen sentir seguro y cómodo. Una zona de confort a la que se llega a recargar energías. La familia te puede soportar en la búsqueda de un objetivo”.

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¿Qué tanto influyó el apoyo de sus padres?
“Son los que tienen que hacer el esfuerzo económico al comienzo. Más que eso son los consejos en los momentos difíciles que se atraviesan sobre todo en los primeros años en los que es muy fácil desertar, bajar la guardia y tirar la toalla”.

¿Hay retiro en el ciclismo?
“El que es ciclista de joven va a seguir siendo ciclista toda la vida, y, sino, tarde o temprano vuelve a montar otra vez en bicicleta”.

El ciclista colombiano en la actualidad.
“Está basado, entre comillas, en mercenarios del ciclismo que se van a buscar su futuro a Europa y que por sus condiciones y cualidades han abierto camino y se han llevado a otros jóvenes detrás de ellos. Los equipos europeos ven al corredor colombiano como una oportunidad de inversión, que a corto plazo se termina adaptando muy bien”.

Y el aficionado del deporte en Colombia.
“En el ciclismo hay menos pasiones, se entiende y se valora más al ciclista cuando no llega de primero, porque el esfuerzo es muy perceptible. En otros deportes a la gente le falta conocer más, sobre todo en los individuales en los que el deportista es imposible que esté al 100 por ciento en su rendimiento siempre”.

¿Cómo encaja el ciclismo en la transformación de la sociedad?
“El deporte es una de las mejores maneras que hay para educar a la juventud. Así no sean grandes ciclistas, pero que crezcan con la formación de un deporte con disciplina. En lo competitivo, los resultados van muy supeditados a que la indisciplina y la dejadez no tienen espacio”.

¿Creyente?
“Ese trabajo lo hacían mi mamá o mi papá por mí. Yo era más preocupado por llegar en el momento, la forma. Más lo que dependía de mí”.

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Su banda sonora.
“Me gusta de todo. La que me genera recuerdos es la música de los 80, música viejita. Queen, Duran Duran, The Police, Pink Floyd…”.

¿Qué recuerdos le generan un buen sentimiento?
“Las navidades de niño eran la mejor época del año. Tenían un gran significado, la pasábamos en una finca en El Retiro con toda la familia. Esas vacaciones en familia”.

¿Siempre vivió en El Poblado?
“Viví allí desde los 8 años. Ya grande me espantó la pólvora, no me dejaban dormir. Yo venía a descansar en diciembre a Colombia, me tocaban todas las fiestas y la bulla me atormentaba. Me fui a vivir a una zona campestre”.

Una bebida
“La cerveza Torrealta que hace un amigo”.
¿Qué tanto se apoya en Colombia el ciclismo?
“El apoyo desde el Estado, que ha habido en los últimos 20 años, viene de licoreras, loterías y entes deportivos departamentales. Mal o bien sí hay un apoyo a los equipos y clubes. Es de los países que más respalda este deporte en Suramérica y en Centroamérica”.

El ciclismo se acercó a la gente.
“Es un deporte globalizado. Es el que más ha crecido a nivel recreativo como profesional. Ya lo practica un gran número de personas con profesiones diferentes. Ahora ya un 35 por ciento de las mujeres de grupos grandes lo practican, eso no se veía nunca”.

El futuro de la movilidad.
“Las grandes urbes le tienen que apuntar a la bicicleta como modo de transporte, porque se va a llegar a un punto habrá que utilizar otras formas de movilizarnos”.

¿Nuestra mentalidad deportiva es débil?
“Si uno se va para Europa hay que pensar como europeo, no seguir teniendo la cabeza en Colombia, sino ser parte de la sociedad donde esté y hacer su entorno ahí, vivir ahí, llevarse a su señora. A mí al comienzo me decían, usted está loco ¿cómo se va a ir a España, si eso es lo más jarto y aburridor del mundo? Ellos veían todo lo malo y no los beneficios. Lo que hemos visto hoy es que los colombianos que tienen más éxito se han ido con equipos extranjeros”.

Usted fue uno de los primeros que se fue Europa ¿Qué fue lo más extrañó?
“La casa, la familia y la comodidad. A sentirse acogido, a la calidez de un hogar, lo que más te pesa es la soledad y si a eso le suma no encontrar resultados a corto plazo la motivación se viene al suelo y usted se cuestiona qué está haciendo ahí, pero como el ciclismo es un deporte de sumar kilómetros, carreras y esfuerzos, la motivación familiar va muy de la mano”.

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