Regreso a clases sin traumas

- Publicidad -

Tras el descanso, adaptarse a la rutina de trabajo y estudio no solo es difícil para los adultos, los niños demandan un acompañamiento especial.

La cercanía a las aulas, los cuadernos, los profesores y a la disciplina que implica estudiar en un colegio puede generar, tanto en los niños como en los jóvenes, el llamado síndrome post-vacacional. En vacaciones, el cuerpo y la mente se relajan, asumen otros hábitos. Y al final de estas, el acompañamiento de los padres será clave para que el retorno al colegio, sobre todo de los más pequeños, no sea algo traumático sino natural.

Según Juan Diego Tobón, decano de la Facultad de Psicología de la Universidad CES, “levantarse tarde, comer a otras horas, alimentarse diferente, acostarse a una hora distinta, no tener que cumplir con los requerimientos académicos, son propios de las vacaciones, y el retorno al colegio, incluso a la universidad, significa la pérdida de estos ‘privilegios’. No sólo para los niños sino también para sus padres, implica retornar a la realización de las tareas, al alistamiento del uniforme, a la hora de levantarse más temprano y a toda una serie de normas y comportamientos que rompen con lo que se desea y el no enfrentarse con la realidad”.

Lo que recomiendan expertos como Tobón, es que los padres acompañen a sus hijos en ese momento, que conserven la tranquilidad y la paciencia con ellos, ya que es muy probable que los niños capten los nervios de los padres con lo cual seguirán alterados. Por ello, es común que este trastorno post-vacacional aparezca en menores cuyos padres también sufren estos síntomas. Además, puede ocasionar dolencias físicas o profundas depresiones durante los primeros días de estudio.

- Publicidad -

Planificar y acompañar

Para que el regreso de los niños al colegio sea exitoso y sosegado, una de las recomendaciones es que durante los días previos comiencen a retomarse poco a poco los horarios que se deberán cumplir en el año escolar, al despertar y al dormir, así como los horarios de alimentación, estudio y ocio. También se debe hablar sobre el tema con naturalidad y comprensión. “Aunque la idea no es que las vacaciones se terminen antes de tiempo, lo que era lo cotidiano en la disciplina puede comenzar a recuperarse. Con los niños más pequeños es importante sentarse a conversar y hacer planes sobre el año académico y sobre los 12 meses venideros, hacer acuerdos sobre los tiempos de estudio, los tiempos de descanso, las actividades adicionales que se realizarán y, si ello se utiliza en la familia, determinar qué recompensas o premios habrá según el rendimiento académico.

Para los más grandes puede que lo anterior no funcione, pero sí es importante que en familia se converse sobre el regreso a clases como algo no traumático ni complejo, ni como una pérdida o como una dificultad, sino como parte de la vida cotidiana y como parte del equilibrio de la vida. Se estudia y se descansa; se trabaja y se descansa; se descansa y se estudia; se descansa y se trabaja”, explicó el psicólogo Tobón.

Al colegio por primera vez

Esta puede ser una experiencia determinante para el niño. Es algo nuevo no solo para él sino para los padres. Lo ideal es animar al pequeño, hablarle de las actividades que hará allí, de los nuevos amigos y lograr que se sienta acompañado. Para Juan Diego Tobón, “esta situación es el ingreso de toda la familia a ese espacio. La sensación de desprendimiento y soledad puede ocurrir mucho más en los padres que en los niños. Uno de los elementos que más puede ayudar a que el ingreso por primera vez al colegio no sea muy difícil, es hablar mucho de ello antes del momento del ingreso, dibujar, escribir, conversar, llevarlo y recogerlo”.

El colegio puede ayudar

Para el decano de la Facultad de Psicología de la Universidad CES, Juan Diego Tobón, es positivo que algunos colegios tengan actividades para que los alumnos se vayan adaptando de manera progresiva. “Hay espacios estipulados para que los escolares puedan conversar sobre sus experiencias en las vacaciones, incluir dichos relatos en la vida académica, y generar mayor esfuerzo en las semanas posteriores al ingreso. Son alternativas útiles para hacer que el retorno a las clases se convierta en una posibilidad y no en una dificultad. Los seres humanos tenemos alta capacidad de adaptación y el proceso de ensamblaje a la vida académica, preparará para la posterior vida laboral. Las pérdidas de libertad se compensan con mayor posibilidad de autonomía, y los momentos de descanso alcanzan su mayor plenitud cuando se ha tenido actividad de la cual reposar. Las vacaciones no son simplemente un producto esperado de la vida académica, son parte del equilibrio vital y de la homeostasis de la existencia”.

- Publicidad -

Nota publicada en enero del 2012

- Publicidad -

Más notas

- Publicidad -

Más noticias

- Publicidad -