La vía pública es un obstáculo

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“La vía pública es un obstáculo”

El inadecuado diseño de las obras públicas es una barrera para las personas en situación de discapacidad


El acceso a las estaciones del metro, es uno de los obstáculos más frecuentes

El pasado 25 de agosto, más de 50 personas en situación de discapacidad hicieron un plantón frente a la estación Hospital, del metro. Su objetivo: protestar porque desde hace 17 años, cuando se inauguró este sistema de transporte, no se ha instalado en ella un ascensor que permita el acceso de las personas con movilidad reducida a las plataformas del tren.
Al frente de esta jornada estaba Juan Camilo Restrepo, de 37 años, un habitante de El Poblado con movilidad reducida, quien desde hace cinco años trabaja como activista voluntario por la defensa de los derechos de la población discapacitada de Medellín.
“A muchas de las personas les toca permanecer encerradas, no salen de casa porque la misma ciudad es un riesgo. Si observas, te das cuenta que son las mismas personas discapacitadas las que se ven generalmente en las calles. Para esto se necesita pericia, pues no lo puede hacer cualquiera”, dice Juan Camilo. “Desde la salida de mi casa, bajando por la calle 10 hasta la Avenida El Poblado, he contado hasta 38 obstáculos; andenes desnivelados, falta de rampas, muros, barreras en los espacios peatonales. Todos ellos dificultan la movilidad para las personas en silla de ruedas, como es mi caso”.

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Diariamente las personas en situación de discapacidad hallan obstáculos que otros no perciben, como el ingreso a los cajeros bancarios, que no son accesibles para las personas que se movilizan en sillas de ruedas, y rutas de transporte público que no cuentan con facilidades de acceso. Además, con frecuencia encuentran que las celdas de parqueo privilegiadas no cuentan con las medidas técnicas y son ocupadas por conductores sin impedimentos físicos. Pero quizás, el obstáculo más habitual en las calles de El Poblado, señala Juan Camilo, es la falta de accesibilidad y continuidad de los andenes peatonales.
“La discapacidad es mirada con indiferencia. A menudo nos vemos excluidos, no solo en el sistema educativo y laboral, sino en las obras públicas; no nos tienen en cuenta. Por ejemplo, las aceras no son niveladas para que las sillas de ruedas tengan un buen desplazamiento, los andenes están llenos de obstáculos y cuando son adoquinados, para las personas que sufrimos lesiones en la columna vertebral es un martirio por el dolor que produce la vibración de la silla”, señala.
Se calcula que en Medellín cerca de 125 mil personas están en situación de discapacidad, según la Encuesta de Calidad de Vida 2011. La Secretaría de Infraestructura Física, encargada de las intervenciones urbanas, expresa que con la Política Pública de Discapacidad (Acuerdo 86 de 2009), la Alcaldía viene trabajando para que las obras cumplan las normas de accesibilidad. Para esto se ha conformado un Comité Técnico de Accesibilidad, en el cual participan como veedores personas en situación de discapacidad, con el objetivo de crear conciencia en los diseñadores para que las obras urbanas sean universales e incluyentes.
Juan Camilo, quien día a día lucha por movilizarse en una ciudad más digna y con menos barreras, en su trabajo como activista invita a las personas en situación de discapacidad a visitar la página www.nomasobstaculos.org, donde pueden enterarse sobre las políticas y actualidad en materia de accesibilidad y entorno físico en la ciudad.

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