La Presidenta, con descuido crónico

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  Cuando hace dos años el entonces Alcalde Sergio Fajardo inauguró con bombo y platillos el Parque Lineal La Presidenta, algunos ciudadanos manifestaron públicamente su temor a que muy pronto el descuido hiciera mella en su belleza inicial, como suelo suceder con muchas obras, producto de la cultura de la inauguración pero no del mantenimiento que no es ajena a la ciudad. Y eso es precisamente lo que ha pasado con La Presidenta debido a la falta de continuidad en los contratos para su sostenimiento. Cada vez que se acaba un contrato, quedan unos baches o limbos de varios meses mientras se hace la siguiente contratación, periodo suficiente para que el sitio tome apariencia de rastrojo, inconcebible para una obra que tuvo una inversión de 11.681 millones de pesos, situada en una de las zonas más valorizadas de la ciudad.  
     
  El limbo de la contratación  
  Sobre esta situación recurrente, en Vivir en El Poblado hemos publicado varios artículos, motivados en los reclamos frecuentes que llegan a la redacción del periódico. Y la respuesta de la Secretaría de Medio Ambiente, encargada del Parque Lineal, siempre es la misma: demora en la nueva contratación. En esta ocasión, la titular de este despacho, Lyda Patricia Giraldo, nos informó que “lo que ocurrió este año es que se nos demoró la contratación para hacer el mantenimiento”.
Debido a esta tardanza es que el Parque Lineal luce sucio, con las jardineras y jardines enmontados y con basura, muros de piedra con algunos pedazos desmantelados, muchas de las plantas arrancadas y otras con plagas evidentes. Así mismo, faltan barandas y tablas en los puentes y caminos de madera, y tapas en el camino de concreto, lo que se convierte en un riesgo para los caminantes. La quebrada y sus orillas también están sucias y con escombros.
La Secretaria de Medio Ambiente informó que ya se solucionó lo del nuevo contrato. “Capacitamos a los antiguos cocheros para que nos hagan el mantenimiento a los parques lineales, entre ellos La Presidenta. El objetivo es que allí tengamos un guardaparques permanentemente que haga podas, reposición de plantas, y tenga insumos y la colaboración de la comunidad”.
Muy bien que por fin La Presidenta tenga un doliente permanente, aunque no parece fácil que un solo operario logre recuperar el esplendor de sus inicios y, además, mantenerlo. Y eso por no hablar de lo que pasará cuando se le termine el contrato.
 
     
   
 
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