La lectura como condena y otros “temas temáticos”

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  Por: Jose Gabriel Baena  
 
La lectura: Con motivo de la Frankfurt/Feria/Libro, dedicada a Turquía, un periodista alemán viajó a Estambul para empaparse de su mundillo literario. Al visitar una librería y preguntar por las ventas se quejó el dueño de que nadie lee, ni los niños ni los jóvenes ni los viejos, el promedio de lectura allí es tan bajo como en Colombia: medio libro al año por habitante. Pero –agregaba, hay una luz de esperanza: desde 2008 algunas sentencias de la justicia turca han puesto al Estado, sin realmente intentarlo, de parte de la campaña mundial tercermundista para incrementar el promedio de lectura y el amor por los libros (ya sabemos que esa campaña es inútil). Hace poco, en la provincia turca de Rize, un hombre desesperado en su matrimonio le pegó fuertemente a su mujer, quien, atrevida, ¡lo llevó al tribunal! El juez, ¡oh sabio!, condenó al imprudente a leer durante un año un libro semanal sobre EL TEMA de la convivencia familiar y además entregarle de cada libro una reseña de 5 páginas, de su puño y letra, a la fiscalía vigilante. En otro caso, un político e industrial supuestamente calumnió en un discurso al dictador de la República Turca y fue similarmente condenado a leer cinco libros acerca del TEMA “Cómo superar sus tendencias agresivas” y rendir a la Corte un informe de cada volumen. Con esto, anota el librero, el país no gasta en cárceles, la gente se educa y es la única manera conocida y obligatoria de elevar el nivel cultural de ricos y pobres. Hasta ahora, sólo en Turquía la Lectura es un castigo para los transgresores de la ley. ¿Por qué no imitar estas sentencias en Colombia? ¡Cuán cultos nos volveríamos! Ya tengo planeado ir a Estambul e intentar sustraer el diamante Topkapi, a ver a cuántos libros me condenan. ¿Unos diez mil? (Pero, lectores, ya me leí mi medio libro de este año y el otro medio de 2009. No me regalen libros en diciembre).
Calentamiento arepal: Motivado por la noticia sobre EL TEMA de una gigantesca arepa fabricada en algún pueblo colombiano, apta para 2 mil arepófagos y cuya duración en la parrilla fue de 5 horas a partir de la masa cruda, me dí a la tarea de establecer el promedio de sólo el calentamiento de las desabridas arepas cocidas que venden en los hipermercados. Obtuve un rango de 7 minutos/arepa, 4 minutos lado A y 3 lado B, antes de empezar a convertirse en cancerígeno carboncillo. De lo cual se deduce: supongamos que de los 42 millones de nuestros afromestizohispanos sólo 21 millones consumen una arepa al día. Tiempo de arepicalentamiento diario: 147 millones de minutos, 2 millones 450 mil horas, espeluznante cifra anual de 894 millones 250 mil horas de estufa en la sola arepa. Si dejáramos de consumir arepa un día semanal, Señor Presidente, un pico y placa arepístico, ¡cómo se volvería de transparente y oxigenado nuestro aire, cuántas catástrofes ambientales no se evitarían!
Sólo hasta… Es lamentable, triste, deplorable, desagradable, lastimoso, penoso, desolador, terrible, desconsolador, angustioso, desesperante, luctuoso, desgraciado, desdichado, doloroso, aflictivo, el nivel de analfabetismo que demuestran día tras día los comunicadores sociales/periodistas, comentaristas de fútbol, reinas/modelos presentadoras, inquisidores autonombrados en la radio, la TV, los diarios impresos. Es una tragedia mamarse en los taxis a Julitus –el verdadero Fiscal de la Nación-, pontificando toda la mañana sobre “el tema”: “el tema” del Polo, el “tema” de Wall Street, el “tema” de la corrupción, el “tema” de los paras, el “tema” de la Reforma, el “tema” de los congresistas pillos, el “tema” del calentamiento, el “tema” de, de, de… Pregunto, en latín: ¿Quo usque tandem, Sanchezmontecristi, abutere patientia nostra? Otra insoportable muletilla de los reporteros bogotASNOS es la del “sólo hasta” utilizado de una manera tan absolutamente bestial que produce engendros como este: “Sólo hasta mañana se realizarán las operaciones de rescate y limpieza en los diez barrios de la capital completamente inundados esta noche por EL TEMA del invierno”. Que Dios se apiade de estos informáticos y el Supremo Tribunal Divino los condene en el infierno a leer, leer, leer… Y… si los taxistas supieran cuánto se gana Catilina Julitus Brutus en un minutus temáticus, lo borrarían para siempre de su FM.

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