El puente de Yondó II y algunas reflexiones sobre valorización

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  Por: Francisco Ochoa  
  El alcalde Salazar podrá tomarse la foto deseada con el puente de Yondó II (perdón de la calle 4 Sur) al fondo. Aparecerá también en el retrato, el certificado descalificador para su Administración, por la incapacidad, hasta hoy, de ejecutar unas obras requeridas, cacareadas y prometidas.
Resulta extraño el reiterado aplazamiento de las fechas ofrecidas una y otra vez por el Fonval para el derrame de los gravámenes, apertura de licitaciones y el inicio de las obras. Increíblemente después de más de tres años de gestiones, aparecen nuevos e inexplicables retrasos por supuesta carencia de licencias ambientales que llevan a una aparente necesidad de aplazar hasta octubre el inicio de algunas de las obras prometidas. ¿Improvisación? Esto huele a fracaso del proyecto de obras por Valorización.
Se busca un culpable para achacarle el fracaso del paquete de obras. Destaco la honorable, técnica, valiente y positiva actuación de la Junta de Representantes de los Propietarios. Alabo la actitud del honorable Concejo Municipal que no ha escatimado apoyo a la Alcaldía para llevar adelante el proyecto. Se busca por todos lados, afanosamente, un responsable para achacarle el fracaso de esta obra requerida para la movilidad del sur de la ciudad y del Valle del Aburrá.
La Lonja de Medellín elaboró un muy detallado y sustentado estudio sobre los supuestos beneficios generados por las obras. Fue sometido a luego al proceso de factorización por el Fonval. Extrañamente los resultados finales resultaron divergentes frente a las conclusiones del estudio de la Lonja. De esto conoce la Junta de Representantes de los Propietarios, el propio Fonval y el Concejo de Medellín. No se puede forzar a que se produzca un resultado de valorización donde no existe en magnitud suficiente.
La Administración Municipal continúa empeñada en obligar a la comunidad de El Poblado a financiar el costo de tres obras, cuyo costo representa cerca del 70% del presupuesto total del proyecto, y que no benefician a El Poblado; benefician a todos los habitantes de Medellín y de buena parte del Área Metropolitana y a ellos se debe cargar el costo de su ejecución. Me refiero a la ampliación de la Loma de los Balsos, a la Carrera 34 y a las obras de aproximación del puente de la calle 4 Sur. Sin lugar a dudas el área de citación debió ser inmensamente más grande, incluyendo sectores que tienen enormes beneficios o en su defecto, decretarla por beneficio general. Además, incluir un probable cobro por la circulación mediante un peaje urbano.
El Poblado se convertirá en corredor vial hacia el oriente para beneficio de los habitantes del sur y del occidente del Valle del Aburrá. El barrio se convertirá en un corredor de paso tanto en sentido norte–sur como este–oeste. ¿Será lógico y justo que el costo de las obras para generar estos corredores sea sufragado por los habitantes de El Poblado? ¿Por qué se insiste en pretender obligar a los habitantes del barrio a pagar el 100% del costo de obras que generan beneficio metropolitano?
El sistema de valorización es un sistema para financiar obras; no el único. Con esta infortunada experiencia, la administración del alcalde Salazar le da entierro de tercera categoría al mecanismo de la valorización y de paso deja una desafortunada herencia para el candidato Fajardo y los seguidores del movimiento que éste lidera, justamente en un momento electoral en el cual los ciudadanos le cobrarán al líder esta salida en falso de la administración Salazar.
Reitero que creo aún en el sistema de valorización; que el barrio está dispuesto a pagar por las obras que generan beneficio y valorización; pero también reitero estar en desacuerdo con los gravámenes absurdos e injustos. ¡Contra estos protesto con energía!

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