El ciclo de vida de la familia

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  Por: Juan Sebastián Restrepo Mesa  
 
Existe una serie de etapas comunes que toda familia debe transitar a lo largo de su desarrollo. Estas constituyen lo que se ha denominado Ciclo Vital Familiar, y conllevan características biológicas, psicológicas y sociales que requieren tareas específicas de adaptación, que de no realizarse satisfactoriamente pueden generar problemas en etapas futuras de su desarrollo.
La forma en que cada una experimenta y asume las etapas del Ciclo Vital Familiar es única. Algunas situaciones imprevistas pueden impedir la vivencia de alguna de ellas, anticiparla o retardarla.
A continuación se mostrará un panorama general del Ciclo Vital Familiar enunciando las características generales de cada una de las etapas que lo componen.
Formación de la pareja y comienzo de la familia: Durante el noviazgo es importante lograr una independencia emocional y económica, establecer los principales propósitos de vida personales, y consolidar una identidad de pareja. El matrimonio requiere establecer convenios frente al reparto de roles y funciones, y construir un proyecto de vida común, compatible con los deseos y necesidades de cada uno.
Crianza inicial de los hijos (primer embarazo- 30 meses de edad del niño): La pareja debe readaptarse afectiva y sexualmente de acuerdo a la realidad biológica y psicológica del embarazo, desarrollar planes conjuntos frente al bebe y ajustar las actividades y rutinas. Después del nacimiento la madre debe sintonizarse con las necesidades fisiológicas y afectivas del bebé, especialmente en el proceso de la lactancia, que requiere de su presencia atenta; mientras el padre debe proveer sostén y apoyo, tanto psicológico, como afectivo y material, tanto a la madre como al hijo.
La familia con hijos preescolares (30 meses hasta los 6 años del primer hijo): El niño desarrolla su iniciativa y autonomía. Los padres deben potenciarlas sin desprotegerlo. Se da la incorporación de normas sociales y el desarrollo de la identidad sexual del niño. La pareja debe encontrar un equilibrio entre su vida íntima, el ejercicio parental y la vida laboral.
La familia con hijos escolares (6 – 13 años del primer hijo): El niño ingresa al colegio y comienza a reconocer las normas sociales. Desarrolla su capacidad de trabajo y de relacionarse mediante el juego. Los padres deben aceptar la separación gradual de este y estimular sus capacidades intelectuales y sociales. La pareja debe recuperar espacios para su realización.
Familia con hijos adolescentes (13 hasta 20 años del 1 hijo): Se conjugan dos crisis importantes: la adolescencia, por parte del hijo, y la edad media o mitad de la vida, por parte de los padres. En ambas se producen cambios físicos y un cuestionamiento del sentido de vida. Los adolescentes amplían su ámbito social y cuestionan a sus padres para asumir una identidad más propia frente al mundo. Necesitan un equilibrio entre límites claros y espacio para experimentar con la certeza de que no perderán el apoyo de sus padres.
Familia en “Plataforma de lanzamiento” (Salida del hogar del primer hijo): La familia necesita desprenderse de sus hijos e incorporar nuevos individuos como el cónyuge y la familia política. La pareja debe descubrir nuevas satisfacciones en las relaciones maritales, asegurar su situación económica para la vejez y reafirmar los valores de la vida conjunta. 
La familia de edad media: Se dan cambios fisiológicos como la menopausia y la andropausia que inciden en la identidad y la sexualidad de la pareja. Muchas personas se jubilan y deben reinvertir su tiempo libre. Por otro lado pueden experimentar cierto grado de aislamiento. La integración con los hijos y la cohesión de la pareja se constituyen en factores cruciales para el bienestar.
La familia anciana: Los padres empiezan a depender de los hijos al menguar sus capacidades físicas e intelectuales y atraviesan pérdidas y duelos, incluida la viudez. Es importante apoyar al anciano y darle un lugar activo como transmisor de la historia, ritos y costumbres a las nuevas generaciones. La inminencia de la muerte puede generar temor y redimensiona el sentido de la vida.
Estas son, en términos generales las etapas del Ciclo Vital Familiar. En las próximas columnas profundizaré en los aspectos específicos de cada una de ellas para lograr una mayor comprensión de la realidad familiar.
Las personas y las familias ganarían mucho en términos de conciencia y desarrollo si entendieran esta realidad, que desde hace más de 2000 años expresaba la Biblia: “Todo tiene su momento, y cada cosa su tiempo bajo el cielo: Su tiempo el nacer, y su tiempo el morir; su tiempo el plantar, y su tiempo el arrancar lo plantado”.
 
     
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