Disciplina para bebés

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Pero, ¿qué hacer cuando llegue lo inevitable? Cuando el niño se acerque gateando hacia algún objeto peligroso o que no debería tocar, se le debe decir con calma “no” y alejarlo de ese sitio o atraer su atención con otra actividad. Tan simple como eso.

A esta edad se pueden aplicar penitencias si el intento de llevar su atención hacia otra actividad resulta infructuoso. Al niño que ha estado golpeando, mordiendo o tirando comida, por ejemplo, debería decírsele por qué es inaceptable su comportamiento y debería llevársele a un sitio designado para la penitencia como una silla o taburete en la cocina, durante un par de minutos para que se calme. Más tiempo resulta ineficaz a esta edad (calcule un minuto por año cumplido).

No está de más decir que nunca se le debe pegar (correazos, palmadas, pellizcos, empujones, etcétera) a un niño, no importa la edad. Los bebés y niños pequeños son incapaces de establecer una conexión entre su comportamiento y el castigo físico. Solo sentirán el dolor del golpe. Además, los niños aprenden casi todo observando a sus padres (o la televisión). Por eso ellos deben tener un comportamiento acorde con la exigencia de ser padres: No dejar la ropa sucia tirada en el piso, los platos sucios en la mesa, etcétera, y pedirle después al niño que tenga su cuarto ordenado.

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